Luego de las tres derrotas consecutivas de Racing Club en el Torneo Apertura 2006, los hinchas de “La Academia” ya no miran con tanta devoción a quien les devolvió la sonrisa luego de 35 años, allá por el 2001, y los insultos se escuchan cada vez más luego de cada fecha. Sin embargo, para Reinaldo Merlo, esta es una cuestión política.
“Sé que hay mucho de política detrás de los insultos. Racing es un club muy político” afirmó el entrenador, y para explicarse mejor, ejemplificó con una escena de cancha: “El otro día me puteaban y cuando yo los miraba, se escondían”.
“En la época en que peleábamos la Promoción había gente mandada para insultarme: estuvieron seis meses haciéndolo. Por eso, estoy acostumbrado. No me voy a asustar por los insultos” redondeó el DT dejando en claro que no le tiene miedo a nada, a pesar de que a veces se lo note inquieto.
Los días de gloria, estatua incluida, parecen estar congelados en el tiempo. En una entrevista concedida al diario deportivo Olé, “Mostaza” se despega de la figura de ídolo que hace cinco años supo cosechar y disfrutó como nadie. ¿Merlo se creyó el Gardel de Racing? “No, qué Gardel ni Gardel... Y que yo estaba para una estatua nunca me lo creí. La estatua es de todo Racing. Se la ganó el plantel y la gente”, aseguró el DT, modestia aparte.
La primavera comienza para Merlo con un romance con el hincha un poco devaluado, que el mismo DT no termina de reconocer: “El día en que se rompa ese romance, el día en que el presidente –de Racing– no me quiera tener más, será el día en que tendré que dar un paso al costado”.
Sin embargo renunciar no esta por ahora en los planes. Como afirmó “Mostaza”, “mi desafío es sacar esto a flote. Tengo toda la fuerza para eso. Siempre y cuando me dejen. Los técnicos dependemos de los contratos y de los resultados...”, sentenció el técnico que hoy por hoy tiene un desafió por demás complicado: devolverle la sonrisa a la hinchada blanquiceleste.