Hoy es el cumpleaños número 23 de Lionel Messi y en su casa de Pretoria ya está todo preparado para los festejos. Cerca de las 13, sus hermanos Rodrigo y Matías llegaron con la torta, algunas velitas y otros comestibles. Minutos después, salieron en su Toyota gris para buscar al astro del Barcelona, mientras la novia de Lionel, Antonella Roccuzzo, y su hermana Marisol, terminan de acomodar todo para que la fiesta sea perfecta.
A pocos pasos de distancia, en la casa de Verónica Ojeda, novia de Diego Armando Maradona, la bandera que la familia de Ezeiza del DT lleva a la cancha está colgada de una de las ventanas en el cálido mediodía sudafricano. "Hola Vero, cómo andas", le dijo uno de los hermanos de Messi a la mujer del Diez, quien salió a saludarlos antes de la llegada de los jugadores en su día libre, palpitando la previa del choque en octavos contra México.
Quince minutos después, llegaron los Messi con Martín Palermo, a quien siempre le dan un aventón hasta la casa que ocupa su familia. Salieron del auto sin decir absolutamente nada. Lionel ni siquiera respondió a los saludos de cumpleaños que le hicieron los fotógrafos a la espera de alguna sonrisa del 10 de la selección argentina y capitán en el último partido.
Desde bien temprano hay una intensa guardia periodística en el complejo de casas del barrio Brooklyn de Pretroria. Más de veinte periodistas y fotógrafos están apostados en la puerta del 85 de la calle Nicholson, donde reina el hermetismo y nadie hace declaraciones. Pero el olor del fuego para el asado habla por sí mismo: habrá festejo a lo grande.