Newell's Old Boys sufrió hasta el final pero a diez minutos del cierre rescató una valiosa victoria en el Parque de la Independencia donde superó a Banfield por 1-0, resultado que le permitió igualar en la tabla de promedios a su clásico rival, Rosario Central.
Alejandro da Silva, con un disparo bajo y cruzado sobre los 35 minutos de la parte complementaria, premió al equipo que más buscó de los dos y por esa actitud se quedó con tres puntos vitales en la lucha por mantener la máxima categoría.
Banfield dejó una imagen opaca. Se resignó a defender desde el primer minuto y aportó muy pero muy poco. Recién se despertó en los instantes finales, pero ya era demasiado tarde.
La primera jugada del partido, a los 38 segundos, marcó gran parte de lo que sería esa etapa para Newell's: Matías Donnet tiró un centro al área, el arquero Cristian Lucchetti chocó y cayó al piso y la pelota le quedó servida a Adrián Lucero, quien remató desviado.
Eso fue Newell's, puros centros. La media cancha fue un lugar de tránsito para la pelota, no hubo nadie que hiciera la pausa y los envíos aéreos estuvieron a la orden del día y siempre fueron despejados por los centrales banfileños.
La visita esperó bien parada atrás y trató de salir por los laterales. Fue un poco más prolijo que el elenco rojinegro, pero no tuvo profundidad. A los 11 generó su única acción clara de la etapa a través de un centro de Cristian Maidana que dejó solo a Luciano Civelli, pero el cabezazo resultó apenas desviado.
A los 13 un remate de Donnet se fue cerca de un palo y a partir de entonces el partido cayó en un pozo. Los equipos se prestaron la pelota y faltaron ideas y acciones de riesgo.
Recién sobre el final Newell's estuvo cerca cuando un remate de Santiago Salcedo fue tapado con lo justo por Luccheti y cuando minutos más tarde Alejandro Da Silva le hizo un sombrero al arquero visitante y cuando se aprestaba a definir Diego Herner logró rechazar.
En el inicio del complemento las cosas cambiaron muy poco. Newell's siguió buscando y dispuso de algunas chances claras, como un disparo de Lucero que se fue cerca del objetivo. Y Banfield apostó a alguna contra aislada, que llegaron en cuentagotas y no llevaron mucho peligro al arco defendido por Justo Villar.
Al promediar la etapa, la parcialidad rojinegra desató un show de fuegos artificiales y todo el estadio se unió en un solo grito alentando al equipo. Y ese fervor se trasladó al campo donde a cinco del final Da Silva capturó un rebote y con un disparo cruzado marcó el gol que desató el festejo y le dio a Newell's un poco más de oxígeno en la dura lucha por permanecer en la elite del fútbol argentino.