Con el pelo recogido con hebillas, largo, y ropa mucho más femenina que cuando la vimos por televisión en medio de la lucha por conseguir su medalla de oro en Beijing, la judoca Paula Pareto pasó esta noche por la Casa Rosada para recibir las felicitaciones de rigor por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Pareto contó sobre su entrenamiento: "Son seis días a la semana, a la tarde, y a la mañana". Y también sobre sus estudios: quiere recibirse de médica. Entonces, contó cuál es el secreto para poder hacer todo y que le salga tan bien: "El secreto está en saber organizarse bien y utilizar todo el tiempo necesario en cada cosa. Cada vez que entrenaba me dedicaba sólo a eso". Y claro, también contó que se pierde "muchos cumpleaños y fiestas familiares".
Sobre el financiamiento para su viaje, la judoca dijo que tiene "el apoyo de la Secretaría de Deportes desde hace un año y medio y del municipio de Tigre, que me ayudó con el pasaje".
Al margen de los indudables méritos deportivos de la "peque" Pareto, cabe señalar que el gobierno K parece no haber prestado atención a una situación de conflicto que crece en el ámbito del Comité Olímpico Argentino (COA). El actual titular del organismo, Julio Cassanello, enfrenta cada vez más resistencia (además de causas judiciales) por su polémico pasado como intendente de Quilmes durante la dictadura militar.
La asunción de Cassanello en el COA fue avalada en 2005 por el el gobierno de Néstor Kirchner, que envió al vice en ese momento Daniel Scioli, y al secretario de Deportes Claudio Morressi, pese a que se sabe que en Quilmes funcionó un centro de detención y tortura durante la dictadura. Los Kirchner repiten a diario que la defensa de los derechos humanos es una premisa fundamental de gestión. Por eso es interesante saber si también habrá foto para Cassanello cuando regrese de Beijing, donde es el representante formal del deporte argentino.
Vea el video exclusivo de Perfil.com con Paula Pareto en Beijing.