Madrid.- Nadie se engaña ya en la España futbolística: su selección atraviesa la peor crisis en mucho tiempo, y mientras la posibilidad de quedar fuera de la Eurocopa 2008 toma cuerpo, un problema más inmediato se le presenta el miércoles en forma de "funeral amistoso" ante Argentina.
"El miércoles, Argentina. Que Dios nos coja confesados", advirtió ayer el diario "As", en sólo uno de los eslabones de la cadena de lamentos y críticas más larga que se haya visto en mucho tiempo. La derrota anoche por 2-0 ante Suecia fue el último capítulo de un equipo a la deriva, que no sólo no reaccionó tras su fracaso en el Mundial de Alemania 2006, sino que con cada partido que pasa parece hundirse más.
"Cada día que pasa y cada partido que se juega viene a demostrar que el fútbol español es mucho menos de lo que creemos", dice con crudeza "ABC", que califica a la selección española de "equipo amanerado que no cree en sí mismo ni en la victoria". "Esto no hay quien lo aguante", dice no sin franqueza "Marca", mientras "El Mundo" habla de "descrédito total" y "El País" señala que "España está al borde de un fracaso de consecuencias imprevisibles", al tiempo que admite que "quizás el fútbol español no da para más".
La autoflagelación, ejercicio que los españoles practican -no sólo en el deporte- con entusiasmo a veces digno de mejor causa, tiene esta vez razón de ser: la selección española, un estorbo para muchos en un país donde la prioridad son los clubes, sólo ofrece amargura, ingrediente que ya sobra en la vida "real".
Nadie la quiere como invitada permanente en el fútbol, por lo que muchos prefieren directamente "desconectar" del equipo. Un equipo que entusiasmó con un 4-0 ante Ucrania en el debut mundialista y se desinfló para inclinarse tímido en octavos ante la historia de Francia. Un equipo que perdió 3-2 con Irlanda del Norte y ahora cae ante Suecia. Un equipo que podría -por primera vez desde Suecia 92- quedarse fuera de una Eurocopa.
La solución se resume para muchos en una palabra repetida: dimisión. " Dimisión" le gritan al seleccionador, Luis Aragonés, "dimisión" le piden los medios al presidente de la Federación Española (RFEF), Angel María Villar. "ÅVillar, cabrón, trabaja de peón!", fue el cariñoso cántico que un grupo de estudiantes españoles le dedicó al presidente de la RFEF en la noche de Estocolmo.
Mientras a Villar se le critica el manejo caótico y oscuro de una federación que parece no tener plan alguno para su selección, a Aragonés se le echa en cara su incoherencia: dijo que renunciaría si España no alcanzaba los cuartos en el Mundial, amagó con hacerlo durante unas horas tras la derrota ante Irlanda del Norte y en la noche del sábado aseguró estar "animadísimo".
"¨Por qué voy a dar yo el paso de dimitir?", se preguntó ante la desesperación de sus oyentes. Enfrentado a la "vieja guardia" de la selección, pero incapaz de sustituirla por algo confiable, Aragonés protagonizó una decisión polémica al dejar fuera de la selección a Raúl por primera vez en diez años. "¨Volverá?", se pregunta hoy "El Mundo". "Seguro que sí, porque si lo de ayer dejó claro algo, es que el culpable no fue él". Pero no volverá para el choque del miércoles en Murcia ante Argentina, partido que muchos en España ven con horror.
Se respeta y se teme la tradición de Argentina. "No podemos compararnos, la furia nunca ha ganado nada", dijo recientemente Aragonés. Y las perspectivas son tan oscuras, que a algunos responsables de la RFEF les gustaría anular el partido, algo ya imposible. Será un "funeral amistoso", dicen los medios de cara a una selección en la que todo es posible: desde que Aragonés firme ya el nuevo contrato que tiene en sus manos hasta que España se mida el miércoles a Argentina con un seleccionador interino. Que parece ser lo que los españoles quieren: el 92 por ciento de los votantes de una encuesta en el portal "elmundo.es" piden que el seleccionador renuncie ya. Magro consuelo para Aragonés: son más los que quieren que se vaya Villar, un 97 por ciento.