Daniel Alberto Passarella no delega. Es una persona reacia al diálogo y a abrir el juego de la toma de decisiones. El piensa las medidas de gobierno, las elabora y también las ejecuta. El lugar que le otorga al resto de su comisión directiva es ínfimo. Casi decorativo. El cuerpo colegiado votado por los socios hace tres años funciona, como en casi todos los clubes, como una escribanía, en la que se certifican las decisiones tomadas por el líder carismático que ejerce la presidencia.