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Peor que el papelón del mundial

La confederación del país vecino vive días nefastos. Ex presidentes presos y una elección sinuosa.

Teixeira. El Julio Grondona del fútbol brasileño: estuvo 23 años en el poder.
| Cedoc

Los problemas que Argentina y Brasil tienen en las Eliminatorias son casi un chiste si se los compara con los que tienen en el ámbito dirigencial. Mientras que en la AFA la elección fallida del jueves 3 todavía genera cruces entre tinellistas y seguristas, en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) –aunque parezca imposible– el escenario es más conflictivo: el próximo miércoles se votará vicepresidente luego de que el presidente, Marco Polo del Nero, solicitara una licencia de 150 días para defenderse de las acusaciones de la Justicia de Estados Unidos, que lo involucró, como a sus antecesores Ricardo Teixeira y José María Marín, en el entramado de corrupción del Fifagate.
Como si fuera poco, buena parte de los futbolistas brasileños y un sector de la dirigencia denunciaron que la elección del nuevo vicepresidente, clave porque si prospera la acusación contra Del Nero quedaría en lo más alto de la CBF, está arreglada para que ganen los mismos de siempre. Es decir, la vieja dirigencia, que esta vez representa Antonio Carlos Nunes Lima, un hombre de 77 años titular de la Federación de Fútbol del estado de Pará. La edad, allí, es un rasgo determinante: si llegara a dimitir el presidente, el que lo reemplaza es el vice más viejo. Ya pasó cuando renunció Teixeira. Y podría pasar ahora nuevamente.
“La elección es una maniobra para mantener este sistema corrupto”, denunció el máximo goleador de la selección brasileña en los Mundiales, Ronaldo. Otra ex figura, Romario, actualmente senador por el Partido Socialista Brasileño (PSB), aliado al gobernante Partido de los Trabajadores, también se involucró en la sinuosa escena que tiene a la CBF como botín de guerra. Romario habló de un “golpe” y pidió que la entidad siga un “curso normal en los próximos meses” sea o no apartado Del Nero, uno de los conocidos enemigos que tiene el ex delantero.

Desorden y no progreso. En los últimos años, el fútbol brasileño se malacostumbró a convivir con dirigentes involucrados en causas de corrupción. El primero en caer fue Teixeira, el Julio Grondona de ese país, presidente de la CBF entre 1989 y 2012 y ex yerno del inefable João Havelange. Si bien alegó problemas de salud, la prensa de Brasil relacionó su renuncia en 2012, dos años antes del Mundial que él mismo estaba organizando, a las presiones políticas por sus constantes irregularidades. Sobre eso indagó el libro A Privataria Tucana, de Amaury Ribeiro Jr., que denunciaba las coimas que había pagado Teixeira durante su eterna gestión. Ahora, tres años después, la Justicia de EE.UU. le apuntó a él.
El sucesor de Teixeira, Marín, que lo reemplazó por ser el vicepresidente con más edad de la CBF, ya había caído en la redada del Fifagate en mayo. Detenido en Zurich ese mes, Marín fue extraditado el 3 de noviembre a EE.UU. A Marín se lo acusa de haber aceptado sobornos por los derechos de comercialización para la Copa América 2015, 2016, 2019 y 2023, y para la Copa de Brasil 2013 y 2022.

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Del Nero, que había ganado este año las elecciones para el mandato 2015-2019 en la CBF, ahora también quedó señalado por la Fiscalía General de Estados Unidos, que preside Loretta Lynch. Pero no es el único órgano que lo investiga: el Comité de Etica de la FIFA, que ya suspendió a Joseph Blatter y a Michel Platini, está investigándolo por “posibles incumplimientos del código de ética de la entidad”.
Tras esto, Del Nero perdió respaldo hasta en las canchas de su país: jugadores, a modo de protesta, se cruzaron de brazos en el medio de varios partidos de las principales categorías.
Licenciado y en las sombras, muchos acusan a Del Nero de motorizar la candidatura a vice del veterano Nunes Lima para garantizar que, en el caso de que él deba renunciar, la conducción del fútbol brasileño no quede en manos de Delfim Peixoto, actualmente el vicepresidente más longevo de la CBF y uno de los enemigos íntimos de Del Nero.