R.P. y DYN
Por una vez, el partido de Reserva será más importante que el de Primera. Y el motivo no tendrá que ver con la reaparición de un futbolista profesional que busca sumar minutos, sino con una despedida. La de un símbolo, corrido de la escena por una clase dirigente que vuela bajo.
La noticia es que Gabriel Milito dirigirá hoy su último partido como entrenador de la Reserva de Independiente, tras haber renunciado formalmente ayer a su cargo por las insalvables distancias que lo separan de la comisión directiva que encabeza Hugo Moyano.
De esta manera, y si bien algunos directivos intentaron convencerlo para que siguiera en el cargo, Milito se despedirá en el partido ante Newell’s, en el Libertadores de América, que se jugará desde las 19, antes del cruce de Primera.
El capitán, Federico Mancuello, también le manifestó el apoyo del plantel profesional para que no se fuera del club con el que se coronó campeón del Apertura 2002, bajo la dirección técnica de Américo Gallego.
El jueves por la noche, Milito le comunicó al presidente que renunciaba a su cargo, y varios dirigentes se mostraron ayer sorprendidos por la decisión del ex capitán del Rojo, que se despidió de Villa Domínico, donde junto a Sergio Agüero comenzó la obra de construcción de un centro deportivo, una de las necesidades más imperiosas del club.
El desgaste de la relación entre el entrenador y la dirigencia tuvo varios condimentos: que Milito se haya negado a tomar el equipo de Primera cuando renunció Omar De Felippe; que haya sancionado a Gastón del Castillo (hermano de Kun Agüero) por un acto de indisciplina, lo que provocó el enojo del padre del jugador –vocal de la comisión, además–; que no congeniara con Noray Nakis (vice primero) y Héctor Maldonado (secretario general) respecto de las maneras de llevar adelante el proyecto futbolístico de los juveniles, también.
Así, Independiente pierde una de las piezas más importantes de su estructura. ¿Reaccionarán hoy sus hinchas?