Un grupo de jugadores de Argentinos Juniors intentó ingresar a la fuerza al vestuario de San Lorenzo tras el partido jugado esta tarde, al parecer porque estaban molestos por supuestas cargadas del volante Pablo Barrientos y del preparador físico Guillermo Cinquetti sobre el final del juego.
En el hall interno del estadio de Argentinos quedaron vidrios rotos producto de los forcejeos que se produjeron en la zona de vestuarios y el presidente de Argentinos, Luis Segura, dijo que "un integrante del banco de San Lorenzo provocó" a sus jugadores, aunque sin dar precisiones al respecto.
Según comentaron a DyN testigos del episodio, los jugadores de Argentinos que quisieron ingresar, furiosos, al vestuario visitante, fueron el arquero Sebastián Torrico, los defensores Matías Caruzzo y Sergio Escudero, el volante Néstor Ortigoza y el delantero Nicolás Pavlovich, al parecer molestos con Barrientos y Cinquetti, quienes los habrían cargado. Las mismas fuentes dijeron que el encargado de calmar los ánimos fue el arquero de San Lorenzo, Agustín Orion.
Con todo, los futbolistas de Argentinos expresaron su descontento dándole fuertes golpes a las puertas de chapa del vestuario, generando sonoros impactos que se parecieron a explosiones de petardos. Tras el episodio, unos quince efectivos policiales se ubicaron en el hall central de la cancha para dejar divididas las zonas de vestuarios.
También sobre el final del partido, un auxiliar de Argentinos reaccionó con vehemencia contra plateístas del equipo de La Paternal que le exigían "más huevos" a los jugadores.
"Esa persona reaccionó como no debía, porque no está para reaccionar, y va a ser sancionada", dijo Segura, sin identificar al hombre en cuestión. Ante tanta presencia policial, la salida del plantel de San Lorenzo del estadio se transformó en un caos y un periodista estuvo a punto de tomarse a golpes de puño con un personal de seguridad privada.