Aesta altura de la historia, son pocos los que se acuerdan que Racing hace unos meses sufría por la lesión de su ídolo Lisandro López. Lo que era un problema, incluso un drama en Avellaneda, terminó convirtiéndose en una oportunidad para Lautaro Martínez, la nueva joya que ayer empezó a consolidarse: hizo los dos goles en Junín y le dio la victoria al equipo de Cocca, que sigue a la expectativa: no se sube a la pelea por el campeonato, pero tampoco se baja del todo.
El primer tiempo fue un anuncio de lo que vendría en el segundo. Una muestra gratis de lo que haría Racing. Porque tuvo dos situaciones clarísimas en los pies del hombre que en el complemento se transformaría en la estrella de la noche. Martínez, a los 15, impuso su cuerpo, ganó la pelota y estuvo a centímetros de romper la paridad. Su tiro se fue rozando el palo izquierdo de Chiarini, que diez minutos después le contuvo un mano a mano tras una asistencia de Bou. Mientras Racing atacaba, Sarmiento intentaba hacer lo mismo, pero apenas le generaba riesgo a Orion.
Entonces, todo lo que había insinuado Racing en el primer tiempo, lo concretó en el segundo: las dos veces a través de su nueva joya, Lautaro Martínez. Primero por un remate, y segundo por estar donde tenía que estar: en el centro del área. Pudo aumentar la diferencia con un tiro de Acuña que pegó en el travesaño. Pero al final, como siempre pasa con Racing, terminó sufriendo: un golazo de Astina (que casi lo empata con un tiro que rozó el travesaño) hizo que la mueca de felicidad racinguista, sólo se exhibiera tras el pitazo de Patricio Loustau.