El entrenador de San Lorenzo de Almagro, Oscar Ruggeri, destacó la importancia de haberle ganado por tres goles a Godoy Cruz de Mendoza para "volver" a prenderse, pero reconoció "estar caliente" por las innecesarias expulsiones que soportó su equipo, tanto la de Pablo Quatrocci como la de Cristian Tula.
"Era importante prenderse nuevamente, pero estoy caliente por las expulsiones de Tula y Quattrocchi (Pablo)", reconoció el técnico con un inocultable fastidio en la rueda de prensa posterior al partido realizado en el Nuevo Gasómetro.
Un tanto más sereno, aceptó que "estas cosas en el fútbol son unas constantes y como equipos tenemos que estar preparados para superarlas".
Lo que más preocupa a Ruggeri es que se trata de dos bajas en la misma linea, la defensa, que tendrá que rearmar de cara al difícil compromiso del viernes próximo con Nueva Chicago en Mataderos.
"Es una lástima porque me estoy jugando en poner el mismo equipo en la Copa Sudamericana y el torneo local, pero ahora se hará imposible. No nos podemos dar este lujo porque no nos sobra plantel", agregó sin poder sacarse la bronca.
No obstante, Ruggeri se mostró aliviado por "cortar la mala racha" que perseguía a San Lorenzo en el campeonato local, con tres derrotas consecutivas y opinó que el torneo "se abrió para todos en estas últimas fechas", pero aceptó que ya no pueden dejar puntos en el camino.
"En principio tenemos que ganarle el viernes a Chicago porque después de nada nos serviría ganar los partidos más 'importantes' (como River Plate o Vélez Sarsfield) si no conseguimos el triunfo en la próxima fecha", argumentó el entrenador.
Consultado sobre la clave de la victoria ante los mendocinos, señaló que "fue importante" que el gol de Andrés Silvera "se diera al principio", porque con el correr de los minutos "estos partidos se hacen muy cerrados".
Ruggeri vivió una tarde ambigua, en la que la alegría por el triunfo se mezcló con la amargura por las expulsiones.