El equipo que acaba de ascender a la Primera B Nacional cerró ayer un período de 11 años de crecimiento: desde 2002 a hoy pasó de jugar en la D a ser parte de la segunda categoría del fútbol argentino. Villa San Carlos es un equipo de Berisso que esconde una suma de historias: su salto coincide con la asunción del intendente de la ciudad, Enrique Slezack, que tiene a su hijo jugando en la Primera del club; el presidente, Alejandro Colombo, tiene una causa abierta porque se lo vincula al juego clandestino; el ídolo, Leandro Martini, se retiró hace apenas dos años y medio, es odontólogo y dirige a la Cuarta de Gimnasia. Un club de barrio, 88 años de vida, 11, en un proceso que va hacia arriba. Dos días, el de ayer y el de hoy, en una fiesta que continúa.
Sube, sube. La Villa ascendió a la C en 2002, después de vencer en la final a Sacachispas. Un año más tarde, Slezack –hoy kirchnerista–, ganó las elecciones con el PJ de Berisso. En 2009, el club dio un paso más y se metió en la Primera B (después de empatar 1 a 1 en el clásico con Cambaceres).
Colombo ya era el presidente por ese entonces –asumió en 2008–. Los dos nombres, el de Slezack y Colombo, son clave: esta sociedad empujó el crecimiento que permitió algunas cuestiones. Una, por caso, fue la remodelación del estadio para jugar en la tercera división: antes, la Villa tenía que ir a la cancha de Estudiantes de Caseros a jugar a puertas cerradas. A fines de 2010, el estadio Genasio Salice, donde ayer se concretó el último ascenso, terminó de rearmarse: ahora tiene capacidad para 3500 personas (se hicieron una tribuna, vestuarios, estacionamiento interno, entre otras cosas). Así y todo, es una de las instituciones con el menor presupuesto de la categoría, junto con Brown de Adrogué.
En marzo de este año, la Justicia penal platense comenzó a investigar a Colombo por su presunta actividad como “capitalista” de juego clandestino, en una causa que incluyó allanamientos en locales y casas de Berisso, La Plata y Ensenada, donde se secuestraron dinero, computadores y anotaciones.
Vínculos. Colombo es hincha de Gimnasia –y de hecho tiene intenciones de presentarse como candidato para conducir al Lobo–. En su gestión se acordó con Gimnasia la cesión de jugadores con primer contrato profesional para el plantel de Villa San Carlos –hoy están a préstamo Agustín Curima, Jorge Pospisil, Andrés Angelini e Ignacio Oroná–. Y el equipo hizo en ocasiones la pretemporada en el predio tripero de Estancia Chica. Históricamente, el club está ligado a Gimnasia (y Cambaceres a Estudiantes), aunque su logro de ayer termina siendo de la ciudad.
Hijo de. Federico Slezack es el hijo del intendente: se formó en el club y pasó por todas las categorías. Su rol en el equipo no es fruto de acomodo: es una de las piezas clave. El es uno de los que, por caso, cobraba 150 pesos de viático más un “sánguche” en 2002, cuando el club estaba en la D.
Villa San Carlos tiene un equipo local: 15 jugadores nacieron en La Plata, Berisso o zonas cercanas.
Destacados. Como muestra de humildad, la Villa no tiene nombres rutilantes que hayan pasado por el club. Julián Camino, hoy ayudante de Alejandro Sabella en la Selección, fue campeón con el club en 2000, en la D (no ascendió). Osvaldo “Palín” González pasó de la Villa a Quilmes en los 70 y de ahí al Rayo Vallecano, de España. Rodrigo Salinas, hoy en Godoy Cruz, hizo el gol del empate ante Cambaceres, para ascender a la Primera B. Hoy, Pablo Vegetti es figura: fue goleador del campeonato con 24 goles.
Y la apuesta para este torneo que pasó fue la del entrenador: Colombo contrató a Ricardo Rezza, quien ya había pasado por la institución con una clasificación histórica al reducido de la B Metro de la temporada 2010/2011 gracias a una racha de ocho victorias en nueve partidos. Su segunda etapa fue perfecta: Villa San Carlos acaba de ascender a la Primera B Nacional.