Si hay alguien que sabe lo que es pelearla en este plantel campeón de Lanús, ese sin dudas es José Sand. Desde sus comienzos en las inferiores de River hasta este presente como goleador granate, el correntino ha tenido que sortear varios escollos en su carrera. Incluso, luego de ser prestado seis veces por el conjunto de Núñez, pensó en dejar el fútbol.
Hace 27 años en la ciudad de Bella Vista nacía José Gustavo Sand, un joven que soñaba con jugar al fútbol en Primera. Su historia con la redonda comenzó en Buenos Aires, en las inferiores de River. Allí llegó a ser el máximo goleador histórico de las juveniles riverplatenses.
José nunca tuvo la oportunidad de jugar en la Primera del club de Núñez y como todo joven que no es tenido en cuenta, fue dado a préstamo. En 1999 llegó a Colón y tuvo la chance de hacer sus primeras armas en la máxima categoría del fútbol. En Santa Fe, jugó en dos temporadas (1999-2000 y 2006-2007). En sus pasos por el Sabalero, Pepe estuvo en 28 partidos y convirtió 8 goles.
Luego llegaría el turno del Nacional B. En el equipo mendocino de Independiente Rivadavia, Sand no pudo jugar mucho, sólo lo hizo en 16 oportunidades y no tuvo la suerte de convertir. De Mendoza y sin escalas, arribó a Brasil para jugar 13 partidos en el Vitoria de Bahia y marcar en cuatro oportunidades.
Seguía dando vueltas y sin chances de volver a River. Pero en 2002 llegó una oportunidad que a priori no despertaba muchas esperanzas, pero que luego terminaría siendo la llave para regresar al club de Núñez. El goleador pasó a Defensores de Belgrano, en donde hizo una gran campaña: convirtió 21 goles en 47 partidos.
Tiempo después y ya en Lanús, Sand agradecería en un canal de cable su paso por el Dragón: “La gente no sabe lo que yo pasé en River. A mi nunca me valoraron. Gracias al presidente de Defensores de Belgrano hoy no estoy laburando con una pala”.
De la mano de Leonardo Astrada, Pepe volvió a Núñez en el 2004 y tuvo su chance en el plantel que sería campeón. En el torneo local, Sand convirtió 8 goles en 42 partidos. Además, participó en partidos por la Libertadores y la Sudamericana.
Un año más tarde, no obstante, River volvería a cederlo. Esta vez, José trasladaría sus goles al Sur del conurbano bonaerense. En Banfield, entre el torneo local y la Sudamericana jugó 37 partidos y convirtió 10 goles. "A mí nadie me regaló nada. Cada vez que me prestaban, yo agachaba la cabeza”, recordaba el delantero.
A principios de este año, luego de otro paso a préstamo por Colón, Lanús compraría el pase del delantero. Por pedido del entrenador Ramón Cabrero y a cambio de u$s 1.200.000, Sand llegó para acoplarse a un equipo que ya tenía una base armada. Al poco tiempo de arribar al club describía las chances del plantel: “Estamos para terminar entre los mejores cinco equipos del campeonato”. Nunca imaginó que podía terminar de esta manera.
Con un promedio de gol extraordinario en el Apertura (0,93), José sumó su experiencia a un plantel plagado por juveniles. Su aporte en esta consagración fue más que relevante: 15 goles en 16 partidos jugados. Le marcó nada menos que dos a Banfield en el clásico del Sur, uno a River y uno a Boca, en el partido más trascendente de su vida.
En los 19 partidos de este Apertura, Lanús solo no convirtió goles frente a Newell's y Argentinos Juniors. De los 17 en los que si lo hizo, Pepe marcó en 12 oportunidades.
Quizás en algún pasillo de Núñez haya alguien que se este arrepintiendo por decisiones del pasado. Pero a Sand ya no le importa, hoy sólo disfruta ser el goleador y uno de los principales artífices de este primer campeonato en 92 años de historia granate.
