La Beckhamanía en Asia, fenómeno que volvía locos a los habitantes de ese continente por ver al futbolista inglés en carne y hueso, está mostrando signos de fatiga: el ex capitán de la selección inglesa jugaría el domingo ante menos de la mitad del público que puede entrar en el estadio de Hong Kong.
Esa rabia consumista que hacía que los asiáticos compraran cualquier cosa que llevara la cara de "Spice Boy" parece que llegó a su fin. Sólo unas pocas decenas de fans se acercaron al aeropuerto de Hong Kong para saludar al futbolista y a sus compañeros de Los Angeles Galaxy cuando arribaron el jueves, una cifra muy inferior a los cientos que acudieron en su última visita al país.
La venta de entradas para la exhibición del fin de semana frente a una selección local fue otra gran decepción: sólo se vendieron 6.000 boletos de los 35.000 disponibles desde que abrieron las taquillas el miércoles. La Federación de Fútbol de Hong Kong ya no se esperanza y admitió que esperan como máximo 20.000 espectadores, la mitad de la capacidad del recinto.
Sin embargo, la aparente falta de entusiasmo podría estar más justificada en el carácter prácticamente anónimo del resto de los integrantes del equipo estadounidense, cuyos nombres son desconocidos para la mayoría de los fanáticos de Beckham.
En la conferencia de prensa del jueves por la tarde, las preguntas dirigidas a Ruud Gullit, técnico de los Galaxy, insistieron tanto en la figura del "Spice Boy" que el holandés terminó exclamando: "No soy el padre de Beckham". Aunque este de capa caída, el día del partido, su equipo será Beckham más 10.