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La atención estaba puesta en qué diría después del escándalo del jueves. Rodolfo Arruabarrena encaró a los periodistas ayer al mediodía y no anduvo con vueltas: “Siento mucha vergüenza por lo que pasó. La Conmebol quería continuar el partido, como nosotros, pero lo más sensato era que se suspendiese, aunque gana la gente que no quiere el fútbol”.
“Lo importante es la salud de las personas. Hubo agresiones, y eso es imperdonable”, opinó el entrenador de Boca, y además reconoció que el superclásico “se tendría que haber suspendido en el acto porque los jugadores de River sufrieron una agresión, aunque lamentablemente se tardó demasiado en tomar la decisión”.
El Vasco también afirmó que le molestó que el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, hubiera ingresado al campo de juego mientras se debatía si el segundo tiempo comenzaba o no. “Entiendo que quería saber cómo estaban sus jugadores”, reconoció Arruabarrena, pero también afirmó que la situación sólo trajo “más confusión”.
Arruabarrena se había mostrado muy enojado con el presidente de River cuando ingresó a la cancha, situación que está prohibida, para estar cerca del plantel millonario después de que Leonel Vangioni, Ramiro Funes Mori, Leonardo Ponzio y Matías Kranevitter hubieran sido agredidos con sustancias químicas.
En la conferencia de prensa que ofreció ayer junto con el presidente de Boca, Daniel Angelici, el director técnico xeneize se refirió también a la actitud que tuvo el plantel de Boca una vez que se desató el conflicto: “Fuimos solidarios, y esto nos perjudica a todos”. Los jugadores de River tuvieron que esperar más de una hora en el campo de juego debido a que un grupo de plateístas les arrojaba proyectiles cada vez que intentaban retirarse.
Durante ese lapso, los jugadores de Boca acompañaron a los de River en el campo de juego, aunque rechazaron la propuesta de retirarse todos juntos para que los agresores no les arrojaran proyectiles.
Esa situación, que recibió cuestionamientos, fue relativizada por Arruabarrena: “Hubo jugadores de Boca que a la noche llamaron a algunos jugadores de River para saber cómo estaban. También lo hicimos con D’Onofrio”.
Por último, el Vasco asumió que el papelón del jueves por la noche en la Bombonera va a afectar a la institución.
“Este es un club que siempre ha tenido como anhelo atraer a la familia –se lamentó–, y lamentablemente esto los ahuyenta”.
