“En Italia no entienden que Tevez no sea convocado para la Selección”. La frase no salió de la boca de cualquier ex futbolista sino de la de Hernán Jorge Crespo. Esa misma frase puede aplicarse al entorno de un Carlos Tevez que, hoy por hoy, siendo capocannoniere de la liga italiana con 15 goles, no es de la consideración de Alejandro Sabella. Ese mismo entorno que describe al “jugador del pueblo” resignado a no jugar el Mundial y descolocado por no saber cuál es el verdadero motivo de su ausencia en las convocatorias. Lo desconcierta la paradoja: en la cancha y en su vida familiar, el Apache vive el momento más feliz de estos últimos años.
Hola, soy Carlitos. La casa en la que Tevez vive con su familia en Turín mezcla dos sensaciones bien encontradas: la felicidad por ser padre de Lito Junior, su primer hijo varón, y la resignación de saber que, haga lo que haga, la Selección está cerrada para él. “Se convenció de que no va a ir. Por un lado está resignado, porque sabe que si no lo convocaron para el partido contra Rumania, que era la última prueba, no lo van a llamar. Y por otro, le es imposible no ilusionarse cada vez que hace un gol. Pero está fuera del Mundial y él lo sabe”, cuenta a PERFIL alguien que conoce la intimidad del goleador.
Tevez sabe que pocos delanteros argentinos de la actualidad están a su nivel, por eso tomó cartas en el asunto para destrabar la situación. Desde su entorno confirman que se comunicó con los principales referentes de la Selección para preguntarles si el grupo tenía un problema con él, y que recibió una respuesta negativa de todos los que recibieron su llamada: Messi, Mascherano, Romero y Di María. Eso es lo que descoloca a Tevez. Si los rumores que citan algunas diferencias grupales para con él por parte de Messi y compañía no son ciertos, la pregunta que se hace es: ¿por qué no estoy en la Selección?
Para entender este presente del Apache con la Selección no hay que remontarse tan atrás en el tiempo: sólo hasta la Copa América de 2011. Desde un lado, el del grupo, se dice que él aprovechó el mote de “jugador del pueblo” –más algunas presiones políticas– para ser convocado por un Sergio Batista que no lo había tenido en cuenta hasta entonces. El propio Checho confirmó, en una nota con TyC Sports, haber recibido presiones: “La presión llegó de arriba. Presión de la AFA y presión política, y sí, en ese momento tuve ganas de irme”. Desde el lado de Carlitos aseguran que la presión fue “de los sponsors” y que el llamado a último momento, cuando hacía veinte días que Tevez estaba de vacaciones y tenía cinco kilos de más, lo terminó perjudicando. El final de la historia lo tuvo como el que erró el penal que dejó afuera a la Argentina ante Uruguay, en Santa Fe, y tuvo una frase que caló hondo en el grupo: “Jugar en la selección argentina te quita prestigio”. Ese dicho, que fue malinterpretado según el jugador, fue un punto de inflexión en la relación Tevez-resto del plantel.
Ataque por afuera. En esta historia, el nombre de Daniel Scioli no puede soslayarse. El gobernador de la provincia de Buenos Aires forjó una amistad muy grande con el futbolista y es uno de los que hacen fuerza para que el apellido Tevez no deje de estar. Como el último miércoles, cuando en radio Continental comentó: “Yo le dije con todo respeto a Sabella que se evalúe esa posibilidad, porque tuve la suerte de conocerlo en profundidad a Carlitos no en una cancha sino en la vida. Tiene una garra, es un tipo motivador y demuestra su amor por Fuerte Apache, donde comenzó. Tiene la camiseta argentina muy fuerte en el corazón”.
Lo que no les cierra a varios jugadores de la Selección es por qué el mismo Tevez –que cuando fue presentado en la Juventus dijo “yo estoy bien sin la Selección y la Selección está bien sin mí”– hoy pide explicaciones públicas por no estar. La argumentación que llega desde Turín es que el Apache no quiere sentir lo mismo que en la mencionada Copa América. “El tiene que estar preparado como lo estuvo en Sudáfrica, que fue su mejor momento, y no fuera de forma. Por eso pidió saber si lo iban a convocar, para prepararse especialmente”, indica otra fuente cercana al jugador.
Toda esta nueva/vieja polémica de Tevez y la Selección retorna a las primeras planas por la enorme adaptación que tuvo a su nuevo equipo. Nadie esperaba que en tan poco tiempo se ganara, como en todos los clubes en los que estuvo, el cariño de la gente. Los que lo conocen repiten que Carlitos volvió a sonreír. Por el clima de la ciudad, por la forma de ser de los italianos, por la gran recepción de sus compañeros, por su presente, por el feeling que tiene con su entrenador Antonio Conte, por su familia, por su nuevo hijo, por su nivel.
Todos esos granitos de arena que el mejor delantero argentino de la actualidad juntó para resurgir son los que lo impulsan. Ya construyó un nuevo castillo, en el norte de Italia. Hacerlo con la Selección en Brasil, en cambio, quedará reservado a su fantasía.
El capitán no sabe por qué vomita
dpa
Lionel Messi reveló que se hizo “miles de estudios” para descubrir por qué vomita, como le ocurrió durante varios partidos de fútbol e incluso en su casa, pero que los médicos no le encuentran una explicación.
“Me hice miles de estudios y no sé qué es... Intento tomar una pastilla, me empieza a agarrar y termino casi vomitando”, contó el capitán de la selección argentina en una entrevista que emitió ayer el canal TyC Sports.
Messi vomitó el miércoles a poco de comenzado el amistoso ante Rumania, que la albiceleste empató sin goles, en Bucarest. Lo mismo ya le había pasado con el Barcelona ante la Real Sociedad por la Copa del Rey, entre otras oportunidades.
“Me pasa seguido en los partidos, en las prácticas, cuando estoy en mi casa... No sé bien qué es pero hice miles de estudios y nada. Me pasa... Intento tomar algunas pastillas. A veces me pasa antes del partido, a veces en el partido, y bueno... me empiezan a agarrar arcadas hasta que termino casi vomitando y ahí se me pasa”, comentó con naturalidad en un tramo de la entrevista realizada en Barcelona. Hoy, de todos modos, saldrá a la cancha a jugar contra el Valladolid.
