En un partido en el que Islandia optó por cortar el juego con faltas permanentes, Szymon Marciniak entendió que no hubo necesidad de amonestar a ningún jugador. Los aspectos positivos del juez polaco son que acertó en las infracciones determinantes del encuentro y supo conducir el desarrollo del juego. Por otro lado, la parte negativa fue la falta de rigurosidad para amonestar al islandés Birkir Bjarnason y al argentino Javier Mascherano, que cometieron infracciones reiteradas durante todo el partido.
Marciniak comenzó su tarea mundialista sancionando nueve faltas de parte del seleccionado islandés durante el primer tiempo. Tal vez ninguna infracción fue para amonestar a ningún jugador del equipo europeo porque no fueron faltas fuertes, pero sí cortaron el juego de forma reiterada para que Argentina no avanzara de forma fluida. El juez de Polonia debió al menos detener por unos segundos el juego para advertir a algún infractor de la selección de Islandia.
A los 39 minutos de la primera parte sancionó mal un saque de esquina para la selección de Sampaoli, no observó que el balón había pegado en Biglia y no en el defensor islandés. En la jugada siguiente, Toto Salvio desbordó por el sector derecho, mandó un centro rasante pero el balón rebotó en la mano que el defensor Ragnar Sigurdsson puso para apoyar en el piso cuando se arrojó a cortar el disparo. Como no hubo intención, y el jugador no amplió el volumen de su cuerpo, el árbitro acertó al no sancionar penal, y ni siquiera tuvo la necesidad de recurrir al VAR.
A los 17 minutos de la segunda parte, llegó un centro de Messi desde el sector izquierdo del ataque argentino y el defensor Hordur Mágnusson se llevó puesto al correntino Meza que cayó cerca del área de meta y el juez polaco no dudó en pitar penal para Argentina. Acertó en el fallo y en no amonestar al jugador islandés, ya que una de las últimas directrices para árbitros recomienda no hacerlo en ese tipo de acciones. Después el arquero islandés detuvo muy bien el disparo de Lionel Messi sin adelantarse.
Al minuto 76 del partido, Cristian Pavón, que había ingresado apenas unos minutos antes por Di María, llegó hasta la línea final, el defensor islandés Kichán lo alcanzó a rozar y delantero argentino aprovechó para tirarse buscando que Marciniak pitara penal. El árbitro polaco hizo bien en no sancionar el leve roce.
El último tramo del encuentro siguió con la misma tónica. Islandia se permitió seguir cortando con faltas leves, pero ni siquiera allí Marciniak creyó necesaria una sanción disciplinaria para los defensores islandeses. A pesar de que su número 8, Birkir Bjarnason, fue el que hizo más infracciones, algunas utilizando su cuerpo de forma peligrosa.
*Arbitro y periodista.