Los primeros 90 minutos de la superfinal de la Copa Libertadores se juegan en la Bombonera con un operativo de seguridad reforzado. El estadio abrirá sus puertas una hora antes de lo habitual, más de mil efectivos van a controlar los ingresos, se duplicará la cantidad de agentes de Tribuna Segura para evitar la entrada de las personas que tengan derecho de admisión. Por primera vez, los condenados e imputados se suman a los vetados. Además, habrá inhibidores de drones e inspecciones en micros que trasladen a simpatizantes.
Los distintos organismos involucrados en la organización de la seguridad se reunieron esta semana para coordinar las medidas. Allí se determinó que, por jurisdicción, la policía de la Ciudad va a estar a cargo de todo. Se estima que más de 1.300 efectivos estarán abocados al operativo, aunque los voceros consultados no se negaron a dar el número exacto “por prevención”.
De acuerdo con las fuentes, las puertas del estadio se abrirán a las 13 (una hora antes de lo habitual) para que los simpatizantes “lleguen temprano, de manera paulatina y cómodos”, detalló Juan Pablo Sassano, subsecretario de Seguridad Ciudadana al finalizar el encuentro entre autoridades de la Ciudad, Nación y los dos clubes.
También formarán parte de la estructura de seguridad 200 integrantes del programa Tribuna Segura. Por esta razón, todos los simpatizantes deben acudir a la Bombonera con su entrada y el documento de identidad. Si sobre la persona pesa la prohibición de acceder al estadio o tiene algún pedido de captura no podrá ingresar. En la actualidad 3.500 mil hinchas del fútbol argentino tienen vetado el ingreso a los estadios.
El director de Seguridad Nacional en Espectáculos Deportivos, Guillermo Madero, explicó a PERFIL que “para este partido, los controles de Tribuna Segura van a ser más del doble que lo habitual”. En este sentido detalló: “Habitualmente hay 80 efectivos para realizar estos controles, pero para este caso va a haber 200 efectivos identificando a las 56 mil personas que van a ingresar al estadio de Boca”. Con este programa, que debutó en agosto de 2016, se evitó el ingreso hasta la actualidad de 1.718 personas por admisión y se detuvo a 496 prófugos de la Justicia, según datos del organismo.
La seguridad va a estar distribuida en tres anillos: se inicia en el interior del estadio y culmina en las inmediaciones de la Bombonera. En el primero operará la seguridad privada. El segundo, que comprende los accesos, estará a cargo de la policía de la Ciudad. Allí se realizará el control de DNI por parte de los efectivos de Tribuna Segura. El último anillo concentra las inmediaciones de la cancha.
“En el tercero va a haber policía de la Ciudad, como hay siempre, controlando a los trapitos y los puestos, pero también va a haber fuerzas federales, de Prefectura, Gendarmería o Policía Federal o las tres juntas, colaborando con la Ciudad de Buenos Aires en el control de la seguridad pública en ese anillo. Esto es una novedad, sumado a que se van a hacer controles en los micros de las hinchadas”, precisó Madero.
Desde el cielo también se va a vigilar. Habrá drones de seguridad para visualizar ingresos y egresos de los simpatizantes. Pero también se activarán inhibidores para estos dispositivos ajenos al operativo. A esto se suma un mecanismo de visualización montado en un globo aerostático que tiene una cámara que transmite imágenes en tiempo real y cámaras de detección facial asociadas a una base de datos de personas imposibilitadas de ingresar a los estadios.
Más vetados. El Ministerio de Seguridad de la Nación publicó una resolución con cambios en las causales de restricción sobre los barras y extendió los tiempos impuestos para prohibirles el ingreso, hasta cuatro años. El organismo informó que se incorpora la restricción de ingreso para todas las personas imputadas respecto de delitos cometidos en el marco de la Ley de Espectáculos Deportivos (Ley 23.184), y, de esta manera, se suman a los condenados o procesados que ya estaban impedidos de entrar. Además incorporó a aquellos que hayan sido condenados por delitos dolosos con penas que no deben superar los tres años como era antes. También suman a la lista negra a quienes manifiesten conductas violentas contra personas en el contexto de un partido o en las concentraciones o entrenamientos.
“Esta nueva resolución cambia algunos criterios para la restricción de ingreso y aumenta las penas, incluso con perpetua en caso de un delito muy grave en un espectáculo deportivo”, explica Madero, y agrega: “Calculamos con esta nueva resolución incorporar a la base unas mil personas más vinculadas a las barras bravas hasta fin de año”.
Barras go home. Los líderes de la barra brava de River y Boca no podrán ver a sus equipos desde la popular en esta final de la Copa Libertadores de América. Tanto unos como otros forman parte de la lista de los 450 hinchas de ambos equipos que tienen la entrada prohibida a los estadios.
Rafael Di Zeo y Mauro Martín son identificados como líderes de La Doce y sobre ellos pesa el derecho de admisión, al igual que las segundas líneas de esta facción. En la vereda de enfrente, Martín Araujo, sindicado como jefe de Los Borrachos del Tablón, y Héctor “Caverna” Godoy, uno de sus laderos, también tienen la entrada prohibida a los estadios del país.
En agosto, Di Zeo intentó ir a ver a Boca a Paraguay, pero las fuerzas de seguridad le impidieron el paso en la frontera y no pudo ir ni de visitante. Otro de los hinchas famosos que no podrán presenciar el encuentro de ida es Adrián “Panadero” Napolitano, quien le tiró gas pimienta a los jugadores de River en la edición 2015 de esta misma competencia que terminó ganando el Millonario.