Desde muy chiquita Magalí Fazzi (27) se divertía viendo cómo sus hermanos mayores, Gabriel y Juan Pablo, se la pasaban horas y horas jugando al fútbol y al rugby en el fondo de su casa, en Pergamino. De hecho, ellos fueron su musa inspiradora para que, con el apoyo incondicional de sus padres, también pudiera desarrollar su veta deportiva.
Cuando tenía 6 su familia se mudó a Tandil –su lugar en el mundo– y se anotó en el equipo de fútbol femenino de la Universidad Nacional del Centro, con el que ganó varios Torneos Bonaerenses y un subcampeonato en los Torneos Evita. También practicó tenis, el handball y karate-do.
“Justo cuando egresé de la secundaria, en 2009, me convocaron para la Selección Sub 20 de Fútbol Femenino, con la que en el verano de 2010 jugamos el Sudamericano en Colombia. Cuando regresé me recibí, y me vine a estudiar Medicina a La Plata. En los ratos libres, empecé a jugar al rugby con un equipo de Comodoro Rivadavia, y después me terminaron fichando para uno de Mar del Plata, pero como tenía que viajar todos los fines de semana para jugar, decidí armar un equipo de rugby femenino en La Plata”, relata.
El 6 de junio de 2012 fue el primer entrenamiento en Parque San Martín, con apenas cuatro jugadoras. Pero Magalí no bajó los brazos y con la ayuda de sus compañeras de pensión armaron una cuenta de Facebook y otra en Twitter e imprimieron volantes para repartirlos en las facultades. Al día siguiente eran diez, y meses más tarde, eran veinte las chicas que entrenaban tres veces por semana. Eso la llevó a redoblar la apuesta: lograr que un club las admitiera como su equipo oficial. Así llegaron a La Plata Rugby Club.
“Al principio todos nos miraban raro, tenían muchas dudas de cómo nos iba a ir. Pero con los meses empezamos a ganar y hoy somos pentacampeonas de la URBA (2013, 2015, 2016, 2017 y 2018), y el año pasado también ganamos el Nacional de Clubes”, cuenta, orgullosa.
Figura de la Selección Argentina de Rugby Femenino hasta que se retiró a fines de 2017, la traviesa rubia que a los 6 años se hacía pasar por el Pájaro Caniggia, reconoce que todavía hay mucho por hacer para que esta disciplina gane más adeptas y nivel de competencia.” Como todos los deportes femeninos en Argentina, el rugby está en pleno proceso de crecimiento. Uno de los principales obstáculos que tenemos es que en Argentina las mujeres jugamos al rugby de 7, cuando lo ideal sería jugar al de 15, como los varones. Y el otro problema es que los clubes no permiten la práctica a chicas menores de 18 años, lo que hace que no haya categorias infantiles ni juveniles”, finaliza.