DEPORTES
Las vacunas de Conmebol

Uruguay, zona franca

Lacalle Pou fue el puente para que Conmebol consiga la donación de 50 mil dosis de Sinovac.

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Buena cosecha. Lacalle Pou y Alejandro Domínguez negociaron inmunidad para todos. | twitter

El próximo miércoles llegarán a Uruguay las 50 mil vacunas que el laboratorio chino Sinovac Biotech le donó a la Conmebol, gracias a una gestión que realizó el presidente de ese país, Luis Lacalle Pou.

El objetivo del organismo que regula el fútbol continental es destinar ese lote a futbolistas de las Copas Libertadores y Sudamericana (masculina y femenina), y de la Copa América.

Varios sectores de distintos países sudamericanos cuestionaron este acuerdo, debido a que la región es el epicentro de la pandemia de Covid-19, y en varias ciudades y regiones el sistema de salud colapsó o está al borde del colapso.

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De hecho, en Uruguay, donde llegarán las 50 mil dosis, la oposición no disimuló su indignación. “Vemos que el presidente anunció la cooperación con la Conmebol. Esa misma consideración la podría tener para el departamento de Canelones”, dijo sorprendido el intendente de ese distrito, Yamandú Orsi.

Detrás del agradecimiento público del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, por los “buenos oficios” del presidente uruguayo se esconde una negociación para que Uruguay escale en la FIFA y sobre todo en el negocio del fútbol a nivel global.

 Zona franca. El acuerdo para facilitar las vacunas empezó a cerrarse hace menos de un mes, cuando Domínguez viajó hasta Montevideo para participar de la inauguración del centro deportivo del Montevideo City Torque.

Allí plantó árboles junto a Lacalle Pou en lo que representó el aterrizaje formal del City Football Group, de Abu Dhabi, al fútbol sudamericano. El Torque, creado en 2007 por empresarios uruguayos que residen en Cancún, debutó esta semana en la Sudamericana. El dinero emiratí a veces acorta los tiempos.    

Aquel día, luego de las fotos de ocasión, Lacalle Pou invitó a Domínguez a un asado en el barrio El Prado. El gobierno uruguayo tiene especial interés en que ese país tomé mayor protagonismo en el concierto del fútbol internacional, y para cumplir esa ambición hubo algunos pedidos puntuales, matizados por el puente para conseguir las vacunas de Sinovac: que el estadio Centenario sea la sede de la final única de la Libertadores 2022 fue uno de ellos. Aunque hay quienes no descartan que el caos sanitario regional lo adelante para este año, siempre y cuando Uruguay inmunice a su población.

Pero lo que más le importa al gobierno de Lacalle Pou es posicionar a Uruguay como un “hub deportivo”, una suerte de zona franca que promueva la llegada de capitales extranjeros para desarrollar a diferentes clubes o disciplinas. El caso del Montevideo City y los fondos árabes es solo una muestra. Si las vacunas de Sinovac ayudan a que haya más experiencias como la de Montevideo Torque, todo habrá salido como querían.