Marsella - Inglaterra, equipo al que apuntaban por su flojo desempeño, dio la sorpresa hoy al vencer en cuartos de final por 12-10 a Australia, selección señalada por muchos como potencial vencedora de la Copa del Mundo de rugby, gracias a doce puntos de Johny Wilkinson.
Contra todo pronóstico, el XV de la Rosa continúa en la carrera para convertirse en la primera nación que conserva su corona mundial. Inglaterra se enfrentará en semifinales a Nueva Zelanda o Francia.
Cuatro penales de Wilkinson (21, 25, 51, 60), que no obstante erró tres, así como dos drops, bastaron para responder a un penal de Stirling Mortlock (de tres intentados) y a un try de Lote Tuqiri (33) en uno de los pocos instantes donde los ingleses dejaron respirar a los australianos.
" He sentido una gran emoción. Fuimos el mejor equipo, pero el resultado no refleja lo que pasó en el partido", afirmó el técnico inglés Brian Ashton."Estoy contento por los chicos por lo que sufrieron tras la derrota ante Sudáfrica (36-0) y les ha llegado la recompensa", añadió.
El capitán Phil Vickery, por su parte, lamentó los ataques que recibió el equipo antes del partido. "Nos llegaron muchas críticas. Algunas estaban justificadas pero otras no", indicó.
"Todo el mundo nos daba por eliminados, pero aprovechamos nuestra ocasión", dijo el wing inglés Jason Robinson. "Sólo nosotros creíamos que éramos capaces de ganar", añadió.
El XV de la Rosa se impuso a los Wallabies con un inmenso dominio en scrum, una defensa competente y la agresividad de sus forwards, que constantemente impidieron a sus adversarios entrar en juego.
Los australianos pagaron la falta de acierto de su centro Stirling Mortlock, que falló un drop y tres de sus cuatro penales, entre ellos el que hubiera dado a los Wallabies la victoria (78).
Mortlock afirmó que Inglaterra mereció el triunfo. "Fue un partido muy duro, una batalla física. Desgraciadamente, perdimos algunas lanzamientos, en los que no estuve muy afortunado. Pero todo el crédito es para Inglaterra, que jugó muy bien", dijo.
Wilkinson, con sus doce puntos, se convirtió en el máximo anotador de la historia de la Copa del Mundo de rugby. Antes del encuentro contra Australia acumulaba 222 puntos, a cinco del anterior máximo anotador, el escocés Gavin Hastings (227).
Fuente: AFP