Desde Rosario
Puertas adentro y puertas afuera del sector, cambiar el modo de acción es el paradigma que parece caracterizar al campo en estos días y que se reflejó en el último Congreso de Siembra Directa.
Por el lado agronómico (puertas adentro), los productores están acorralados frente al avance de las malezas resistentes al glifosato, traba que se viene agudizando por el uso continuo de este herbicida para controlar las malezas que roban los nutrientes a los cultivos y les reducen el rinde. Y aquí es donde cabe la afirmación del título, frente a la necesidad de usar nuevos productos con otros modos de acción, para que no se genere resistencia en la población de “yuyos difíciles”. Porque, tal como explicó el australiano Christopher Preston, de Nufarm, firma con presencia fuerte en Aapresid, “Argentina usa muchos herbicidas, y al ritmo que han crecido las malezas resistentes pronto tendrán mayor avance. En Australia ya tenemos 35 variedades resistentes al glifosato, pero lo importante es que el productor entienda que debe rotar los principios activos de los productos que usa y los modos de acción. Tiene que actuar rápido y planificadamente”, dijo.
En la misma línea, Eduardo Pérez, presidente de FMC en el país, destacó la importancia de elaborar una estrategia con los productos disponibles, para actuar siguiendo un orden. “Aaron Hager, el experto que trajimos para tratar el tema, dio cifras elocuentes. En EE.UU. hay productores que gastan US$ 250/ha para controlar el Amaranthus palmeri. No podemos llegar a esa situación”, dijo. El segundo frente (puertas afuera) en el que debe hacer cambios el agro es la comunicación. Después de hablarse muchos años a sí mismo, el sector agropecuario argentino entendió que no puede esperar más. Que la sociedad debe estar orgullosa de que la Argentina sea un país agroexportador, tal como lo reflejó Pilu Giraudo, la presidenta de la Asociación Argentina de Siembra Directa, durante el discurso inaugural. Pero para eso hay que abrir la tranquera. O como bien lo sintetizó Luis Beling, presidente de Monsanto Argentina, “Hay que cambiar el modo de acción. Lo que se hizo ya es parte del pasado, ahora hay que empezar a trabajar ya”.
Convencidos de que toda la sociedad comparte el anhelo de tener calidad de vida, desde Aapresid se enfocó el objetivo indelegable en “mejorar la comunicación y capacitarnos cada uno de nosotros, estimulados por el sueño de lograr que todos los argentinos podamos sentir y llevar en la sangre el orgullo de ser un país agroalimentario y agroalindustrial, con el privilegio que significa para nuestro país y el mundo”, confirmó Giraudo.
Hay un dato no menor: sin el apoyo del Estado, ninguna transformación en la opinión pública será factible. “Quisiéramos ser colaboradores estratégicos del Estado nacional, provincial y local trabajando para ser garantes de la seguridad alimentaria manteniendo la biodiversidad, el aire limpio, las aguas sin contaminación y los suelos fértiles. Y con este rol encontrarnos con la sociedad en su conjunto”, sentenció Giraudo y dejó en claro, que –al menos por ahora– no ha existido ese encuentro. Porque la sociedad recela aún. Y si tiene dudas es porque la información ha sido escasa. Y aquí bien cabe el mea culpa del sector, que se ha desarrollado espectacularmente pero que no ha sabido ponerlo en palabras.
Políticos, dirigentes y empresarios
Pasaron 25 años desde la creación de esta red de productores reunidos con el objetivo común de dejar de remover los suelos antes de sembrar e implantar en forma directa dejando los restos del cultivo anterior –rastrojo– como modalidad para frenar los problemas de erosión y aprovechar mejor el agua en los suelos. Argentina se posicionó bien en ese aspecto, pero el debate sigue y se profundiza.
Parece que hasta ahora lo más difícil ha sido que el agro tenga una visión común. En este último congreso –al menos–, los representantes de las cuatro cadenas y los miembros de la Mesa de Enlace, junto a Aapresid, el Foro de Convergencia Económica y otras ONG del sector, le presentaron tres documentos al secretario de Agricultura, Gabriel Delgado, y a otros representantes de la esfera política.
“Juntos hacemos entrega de estos documentos a los funcionarios presentes, no sólo en el escenario sino en el auditorio, que avalan el camino que hemos comenzado a transitar”, dijo Giraudo. Los documentos entregados fueron “El aporte del campo a la política”, para la ciudadanía en general y los partidos políticos en particular, con reflexiones y una docena de propuestas para “una nueva política agropecuaria” presentado por la Mesa de Enlace (Córdoba en 2009), el “Mensaje conjunto de la 4C” (diciembre 2013) y las “Bases para la formulación de políticas de Estado”, presentado este año por el Foro de Convergencia Empresarial. “Estamos en un punto de inflexión en el país, urge la necesidad de trabajar juntos para definir políticas que apunten al bien común proporcionando bienestar, paz y libertad a toda la población”, concluyó Giraudon.