Daniel Angelici recibió a Perfil.com el lunes 16 de mayo en su amplia oficina de World Games. Un día antes, Boca había ganado el súper clásico ante River por 2 a 0. Antes de hablar de su profesión y sus negocios, no faltaron los comentarios por el partido. Luego sí, el clima se puso serio y habló de todo: política, negocios, el ambiente del juego, Cristóbal López, la pasión por Boca, su candidatura a la presidencia Xeneise. Un diálogo con un hombre que eligió hablar poco durante toda su vida. Y ahora rompe le silencio:
-¿Cómo llegó a la industria del juego?
-De muy joven, a los 19 años en una confitería de barrio, trajeron una propuesta para abrir una sala de juego en la provincia de Buenos Aires y que el Municipio iba a hacer una licitación, no había ley de juego en la provincia y así comencé. Había cumplido 18 años y mi padre me había regalado un Renault 12 y entré con ese auto, me dieron el 0,5 de la sociedad y así entré en la primera sala de juego que empezó en Buenos Aires, el bingo San Bernardo. Terminamos en un año y medio la construcción y abrimos en el verano del 85. Nos clausuraron a las 6 horas de estar abierto y después lo abrimos con un recurso de amparo. Estuvimos 3, 4 años con recursos de amparo. Después abrimos San Clemente, en la Costa, el primero del conurbano en General Rodríguez y en el club Alem.
-Si tuviera que describir el ambiente del juego, que está tan mal visto en la sociedad, ¿Cómo lo haría?
-A medida que pasan los años se fue suavizando. Desde la Iglesia hasta los sectores más conservadores de la sociedad veían el juego como algo tan malo como la venta de armas o droga, lavado de dinero, prostitución. Hoy, muchos sectores, entre ellos la Iglesia que ya está más tranquila, saben que donde no hay juego legal, hay juego clandestino. El juego existe, desde que los chicos empiezan a jugar. No es malo. El tema es el control que pueda hacer el Estado y la regulación. Ahí es lo que nos toca a nosotros. Me tocó cuando estuve al frente de la Cámara Argentina de Salas de Bingos y Anexos (Casba) durante tres períodos. Tratamos de hacer en el sector de Buenos Aires un blindaje y un ejemplo. Hicimos un sistema de cajas con tecnología para que la Lotería pueda registrar todo. Logramos una ley: por cada máquina tragamoneda un puesto de trabajo. Damos un mínimo del 1% a una entidad de bien público. Se fue dando, yo en su momento lo consideré un blindaje para que no nos ataquen tanto, cosa que nosotros creemos que es la RSE. Hay un fuerte control del Estado, un fuerte canon y una carga de personal, somos la mayor fuente de trabajo.
-¿Cómo es la competencia en el ambiente?
-En Buenos Aires desde que salió la ley se habilitó a 32 municipios a tener salas de bingos y no se ha modificado con lo cual no hay competencia. Está debidamente marcado cuáles son los municipios autorizados y debería modificarse la ley como para que pudiera haber salas de bingos. Lo que sí se permite es un traslado, cerrar un bingo y pasarlo a otro. Pero se debe autorizar, para que nadie saque una sala de un lugar porque no tiene buena recaudación.
-¿Cómo se tomó en el sector la irrupción de Cristóbal López?
-Lo conozco, nos hemos reunido. No estaba en la provincia de Buenos Aires y hoy lo está. Compró una sala, tenemos relación más fluida. En la Cámara de Bingos los principales socios son de Buenos Aires. Después podemos tener adherentes como puede ser Córdoba, Capital, pero básicamente Buenos Aires. Cristóbal no tenía interés en las salas de juego en la provincia hasta que compraron en Los Polvorines. Hoy están en la Cámara, tienen la tesorería y hay un relación más fluida.
-¿Y su relación con Daniel Mautone?
-Somos amigos y socios en muchas sociedades que tenemos, en otras no.
-¿Cómo combina su militancia política dentro del radicalismo con ser un empresario que puede tener cierto poder?
-Yo empecé como un militante y la primera sala que abrí en Buenos Aires me la cerró Alejandro Armendari que estaba de gobernador, supuestamente radical Alejandro. Yo era militante ya conocido. Nunca me benefició ni me perjudicó la militancia.
-Estos últimos años se habló de “legisladores que responden a Angelici”...
-Somos un grupo de amigos, muchos militaron conmigo en la juventud. Yo fui delegado del comité nacional, representando a un grupo y ahora somos los mismos que estamos, militamos en el 83, 85, algunos de la Franja que estuvimos juntos. Se formó un grupo de amigos. La UCR se había achicado muchísimo la dirigían tipos que en la edad nos llevan 6 años, que no es mucho, pero si cuando nosotros empezamos a militar ellos eran los jefes. Como Rafael Pascual, Enrique “Coti” Nosiglia, y la diferencia es que nosotros fuimos creciendo y ellos se quedaron ahí conduciendo la UCR. Tuvimos una discusión dentro del grupo de amigos y estaba la posibilidad de ser la pata radical dentro de Macro, aprovechando que yo lo conocía a Mauricio y acordamos políticamente y un grupo importante de radicales vinimos a trabajar con Mauricio en la campaña. Hemos conseguido primero un legislador, después otro, después un diputado nacional, formarmos un grupo con diputados provinciales, nacionales y tres legisladores.
-Usted va a ser el candidato de Macri finalmente en las elecciones de Boca...
-Con Mauricio estamos en la misma agrupación política, él era presidente de la agrupación cuando yo fui tesorero y para poder seguir en la política de Boca él me ofreció que yo fuera presidente de la agrupación. Como un gesto de respaldo, él quedó como vicepresidente de la agrupación ya siendo Jefe de Gobierno. Dentro de la agrupación, por unanimidad se decidió que yo fuese el candidato. Hay varias agrupaciones en el club que se referencian con Mauricio, pero el más cercano es Orlando Salvestrini y él también lo dice, para que nos pongamos de acuerdo para ir con una sola lista.
-¿Por qué Boca?
-Es una pasión. Cuando Mauricio se estaba yendo del club, me preguntó si iba a ir con él al Gobierno. Le dije que no. Entonces me dijo: “Bueno a Boca no me podés decir que no, tenés la agrupación, los suficientes años de socio para ser directivo, necesito alguien de confianza que se quede en Boca, que cuide la plata, que no desperdicien el sacrificio de tantos años”. Entré como tesorero del club.
-Y renunció por diferencias con el presidente Ameal que firmó un contrato millonario con Riquelme.
-Es que con los ingresos que tenemos en el club, que es deficitiario, 11 millones por año, todo el fútbol argentino es así. Por eso hay que vender. No quise firmar sueldos cuasi europeos con los ingresos que tenemos.
-¿Cree que tiene razón a la luz de lo que pasó?
-Estoy convencido, después uno puede discutir si es un gran jugador, yo creo que lo es y creo que es un líder negativo dentro de un club. Hay líder positivo y líder negativo. Él divide en todos lados. Divide en el vestuario, la opinión de los directivos.
-Comparte el mismo pensamiento que Mauricio Macri...
-A él le hizo el topo gigio: (Mauricio) es un tipo de memoria, mucho no le gusta eso. A mí no me hizo nada. Le dije en la cara que 4 años no le firmaba. Estaba operado, no sabíamos cómo venía, los médicos tenían reservas. Privilegiaron el populismo, la demagogia, el ídolo. Y el presidente se jugó a todo por Román.
-Los resultados no fueron muy buenos.
-A la luz no fueron buenos. Tampoco me pone contento que Boca no gane. Lo que veo es que es una persona conflictiva, yo hablo con los jugadores y hay dos bandos. Es muy difícil así, el fútbol es un juego en equipo
(*) De la redacción de Perfil.com.