El petróleo tuvo su propio “Black Friday” justo en el tradicional día de rebajas de los Estados Unidos: el crudo WTI (West Texas Intermediate, precio de referencia en Nueva York), cayó 10,2% a US$ 66,15 por barril, su nivel más bajo desde septiembre de 2009 según los analistas internacionales.
La noticia, originada en la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no recortar su producción, llegó como un alivio de corto plazo para la Argentina: el derrumbe de los precios para un país que aumentó su dependencia de las importaciones de energía implica un ahorro del 30% que alivia la falta de dólares. En el largo plazo, si se sostienen los bajos precios del petróleo, la mala noticia llega asociada a la viabilidad de las inversiones necesarias para la explotación del yacimiento de shale gas de Vaca Muerta, al que apuntan YPF y el Gobierno para volver al autoabastecimiento energético.
“Se trata de un mercado cartelizado e intervenido por los grandes productores petroleros y hay que pensar que esta baja espectacular en el precio puede no mantenerse en el tiempo”, abrió el paraguas el ex secretario de Energía Jorge Lapeña.
“Podría tratarse de una caída coyuntural, y si se revierte no habría grandes impactos”, estimó, aunque las perspectivas de los analistas internacionales hablan de que estos precios podrían sostenerse en el tiempo.
“Si se tratara de una caída estructural, tendría un impacto muy importante para la economía argentina. El año pasado, las importaciones llegaron a US$ 12 mil millones. El año próximo, con estos precios, podrían estar en torno a los US$ 8.500 millones”, ponderó Lapeña.
Fiscalistas. Por su parte, el economista de La Gran Makro Agustín D’Attellis también sostuvo que en el corto plazo implica un alivio para la “falta de divisas de cara a un 2015 con fuertes vencimientos de deuda e importación de energía”. Pero reconoció que con los precios bajos “se empieza a complicar la rentabilidad” del proyecto de Vaca Muerta. En el corto a mediano plazo, el economista estima que se vislumbra que habrá un horizonte de precios bajos.
Para Lapeña, a US$ 70 el barril, Vaca Muerta pasa a ser “inviable”. “La Argentina se jugó todo a poner en marcha Vaca Muerta. Esa estrategia basada en shale gas y oil se vería comprometida si se mantuvieran este proyecto”, estimó.
En cuanto a los precios internos, la baja internacional podría generar una oportunidad para acoplar los precios al mercado, abaratando los costos para los consumidores. “Olvidarse que el mundo baja precios y mantener los precios inflados implicaría una transferencia de los consumidores a las ganancias de las petroleras”, advirtió el ex secretario de Energía.
La decisión de la OPEP –formada por doce países, entre ellos Arabia Saudita, Irán y Venezuela– de no bajar su producción apunta a competir con el aumento de disponibilidad de los Estados Unidos, que creció de la mano del shale y que, además, encontró una menor demanda por la recesión de la Unión Europea y Japón.
Duros golpes en el Merval y en Wall Street
La caída del petróleo arrastró a las acciones de las energéticas en el Merval y Wall Street. El índice local cayó 3,1%, Petrobras Brasil se derrumbó 7,4%; Transener, 4,9%; YPF, 4,2%, y Edenor, 4,1%. Las acciones argentinas en Wall Street también se derrumbaron: Edenor lideró las bajas y se hundió 8,5%, seguida por Tenaris, que perdió 8,3%. Ternium cayó 6,3%; YPF, 5,3%; Banco Macro, 5,2%; Pampa Energía, 4,6%, y Petrobras, 3,9%.
“La caída del precio del petróleo afectó las acciones del sector, profundizándose a lo largo de las últimas semanas. La incertidumbre sobre la evolución del precio es lo que impide saber si están cerca de un piso”, analizó Juan Diedrichs, especialista de Capital Markets.
La caída pone en duda el avance de los nuevos proyectos de inversión y que quienes estaban comprando maquinarias se detengan. Tenaris es una acción que venía golpeada desde la presentación de su balance trimestral, y Petrobras también había tenido una fuerte baja por las denuncias de corrupción en Brasil.