El compromiso de ingresar al país más de US$ 500 millones bajo el paraguas de un bono energético encuentra a los hermanos Carlos y Alejandro Bulgheroni, hombres fuertes de Bridas, a mitad de camino del relanzamiento de la petrolera, que aspira a convertirse en el segundo jugador del mercado de combustibles.
Bridas Corp, cuya titularidad se reparten en partes iguales la familia Bulgheroni y la china Cnooc, es propietaria minoritaria –con 40% de las acciones– de Pan American Energy (PAE), la segunda productora de crudo y la petrolera privada más importante del país. El porcentaje mayoritario (60%) está en manos de la británica BP, pero el management de la empresa responde a los empresarios argentinos.
Desde Bridas, indicaron que la suscripción del Baade –un bono con una tasa de interés en dólares del 4%, pagadero de forma semestral– servirá para financiar emprendimientos en marcha de la compañía. Mario Calafell Loza, vocero de Bridas, afirmó que se apunta a reflotar el memorándum de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés) con YPF para desarrollar yacimientos no convencionales en Vaca Muerta, así como también solventar la ampliación de la refinería de Campana, adquirida en 2011 a ExxonMobil.
Reticente durante décadas a participar del downstream de hidrocarburos –refinación y comercialización de combustibles–, los Bugheroni tomaron hace dos años la decisión de integrar su negocio, es decir, tener presencia en la producción, destilación y venta de naftas y gasoil. De hecho, es probable que en poco tiempo la marca Axion Energy –controlada por Bridas– figure en las marquesinas de las estaciones Esso.
El desembarco en el área de refinación, la necesidad de aumentar su presencia en el mega reservorio no convencional en Neuquén y la expansión de la planta bonaerense absorben el tiempo de Carlos Bulgheroni, el cerebro de Bridas, que sabe que despejar la variable política es clave para tener éxito cuando se apuesta en grande.
Bridas enfrenta, en el horizonte, tres grandes desafíos. Por un lado, aspira a reencauzar el MOU firmado en diciembre pasado con YPF, que expiró a mediados de 2013. “Para nosotros, el espíritu del memorándum (que preveía la inversión de US$ 1.500 millones) sigue vivo”, aseguró Calafell Loza. Allegados a YPF dejaron entrever, sin embargo, que con la firma de los contratos con Chevron y la petroquímica Dow los objetivos para 2013 ya estarían cubiertos.
Los Bulgheroni también están encarando una negociación con el gobernador de Chubut, Martín Buzzi, que quiere readecuar el contrato de extensión de concesión de Cerro Dragón, el mayor yacimiento de crudo del país, a la nueva Ley de Hidrocarburos provincial, que exige el cobro de 4% más de regalías. PAE cerró la prórroga por diez años (con acceso a veinte más si se cumple con la inversión comprometida) en 2007, durante la administración de Mario Das Neves. Pero ahora Buzzi exige rediscutir ese documento. Desde la petrolera dejaron entrever que están dispuestos a concretar un aporte económico extra. A su vez, la atención de Bridas está puesta en la ampliación de la refinería de Campana, que demandará US$ 1.000 millones para procesar 30% más de crudo y destilar 50% más naftas y gasoil. La meta, de cara a 2016, es controlar a través de Axion 20% del mercado. Para eso se trabaja en logística e importación de equipos por el puerto de Campana. Será clave, en ese sentido, evitar demoras en Aduana