Las diferencias dentro del gabinete, que se exacerbaron con las marchas y contramarchas en la política energética ahora tienen un nuevo capítulo, la confección del presupuesto 2017, en el que buena parte de los funcionarios ya está trabajando, ya que se cierra en agosto y se presenta al Congreso en septiembre.
El Gobierno se jacta de que “por primera vez será un Presupuesto en serio”, luego de años donde las variables se subestimaban y luego todo era alterado dados los llamados “superpoderes” que tiene el jefe de Gabinete de Ministros.
En ése área, el vicejefe y coordinador Gustavo Lopetegui es quien ya trabaja en los números del año que viene, un año con elecciones legislativas clave para la fortaleza de Macri en su mandato.
En el Gobierno hay dos tesis sobre el sector público: una, hoy más relegada, que sostiene que hay que “cortar nominalmente el gasto para que baje la inflación”. Otra, por ahora la que impone Lopetegui junto al ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, que con aumentos algo por debajo de la inflación y con un escenario de crecimiento del PBI, el gasto se irá licuando.
Técnicos. En el Ministerio de Hacienda, por otra parte, descartan que exista peleas y cruces tan duros por el tema presupuesto. “En realidad, esas son versiones periodísticas; el proyecto se está elaborando aquí en forma coordinada con las distintas áreas, luego será revisado por el subsecretario de Presupuesto, también por el secretario de Hacienda, hasta que finalmente llega a Prat-Gay”, resaltó uno de los principales funcionarios que está encargado de esas funciones.
Uno de los puntos más importantes que remarcó ese mismo funcionario es que las partidas presupuestarias se están armando teniendo en cuenta la meta de inflación para el próximo año, que se podría situar entre el 17 y el 20%. “Las partidas tienen como base esencial la proyección de inflación de 2017”, agregó la fuente, en línea con los pronósticos oficiales.