ECONOMIA
cambio de estrategia

CFK busca acordar con los fondos buitres para evitar el default

Le pidió al juez de Nueva York que establezca las condiciones para “negociaciones justas” y adelantó que les pagará al 100% de los acreedores. Le ordenó a Kicillof que sus abogados avancen con el acuerdo.

“Extorsión”. La Presidenta habla en cadena nacional, dice que no se someterá a una “extorsión” pero que quiere negociar un pago al 100% de los bonistas.
| Cedoc

En un claro giro de su discurso y en la estrategia del Gobierno, Cristina Kirchner intentó alejar ayer el fantasma de una Argentina en default, se mostró conciliadora con los fondos buitre –sin mencionarlos– y dijo que el país tiene voluntad de pagar la deuda en condiciones justas, que respeten las leyes locales.

“Queremos cumplir con él y con el 92,4% que accedió a ingresar al canje de 2005 y 2010. Y con los que no ingresaron, pedimos condiciones justas que se atengan a la Constitución argentina y a las leyes nacionales”, explicó.

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La Corte de Estados Unidos dejó firme la sentencia del juez Thomas Griesa que obliga a la Argentina a pagarle US$ 1.500 millones al 0,45% de los acreedores que no entraron en el canje de deuda. El lunes, la Presidenta calificó la decisión como una “extorsión”.

Durante la semana, el Gabinete dio a entender que no se iba a pagar: el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, amenazó con no enviar ninguna comitiva a negociar con Griesa, y el Ministerio de Economía emitió un comunicado diciendo que no podían pagar. Sin embargo, en su discurso de ayer no sólo no mencionó la palabra extorsión, sino que se mostró dispuesta a honrar las deudas del país. Si Argentina no paga el 30 de junio a los bonistas que entraron en el canje (no lo podría hacer si no le paga también a los holdouts porque podrían embargarle el dinero) entraría en un default técnico. Pero en Rosario, durante el acto por el Día de la Bandera, Cristina buscó alejar esa posibilidad. “Que no los asusten”, pidió.

Después de recordar los dos canjes, el acuerdo con el Club de París, las negociaciones con el Ciadi y con los organismos de crédito multilaterales advirtió: “Miren si tenemos vocación de negociadores, miren si somos previsibles. Están esperando que pateemos el tablero”.

La Presidenta confesó que le dio instrucciones al ministro de Economía, Axel Kicillof, para que los abogados de la Argentina lleguen a un acuerdo con el 100% de los acreedores del país respetando las leyes de aquí y las del país donde se dictó la sentencia.

En una muestra más de que desea pagarle a los fondos buitre, la Presidenta dijo que “los argentinos queremos negociar. Tengo la obligación de negociar y hacerlo en el marco de la Constitución y de las leyes. No cuenten conmigo para hacer cualquier cosa, sí para hacer lo que debo”.

Advirtió que no ocurrirá lo mismo que en 2001, cuando se declaró el default más grande de la historia, de unos 100 mil millones de dólares. “Esa deuda implosionó a la Argentina y a las instituciones”, dijo.

Cristina Kirchner aclaró que no hará lo mismo que hicieron con Néstor Kirchner, al que le tiraron “un país con las papas calientes, y que se arreglen”. Y añadió: “Diecinueve ministros negociaron con Kicillof en Europa, por qué no lo va a poder hacer un grupo minoritario si es que hay buena fe”. Lo dijo un día después de que los fondos buitre dijeran que están dispuestos a negociar y luego de que el juez Griesa expresara que no le inspiraba confianza el discurso que pronunció la Presidenta el lunes en cadena nacional.

Para emitir un gesto conciliador, Cristina recordó todas las veces que Argentina se sentó a negociar sus deudas y llegó a un acuerdo. “Y así vino el canje de 2005. Así también se canceló la deuda con el FMI. También en el año 2010 me tocó a mí iniciar la segunda convocatoria al diálogo para poder seguir incorporando a los que habían quedado afuera y desde 2005 hemos venido pagando religiosamente todos los vencimientos de esa deuda”, graficó. “También llegamos a un acuerdo al que nadie pensaba que íbamos a llegar para terminar la negociación con Repsol por la expropiación de YPF”, agregó. La ley de canje de deuda le permite a los bonistas reclamar lo mismo que se le ofrezca a otros acreedores, pero eso forma parte de una cláusula que vence el 31 de diciembre. Cristina dio un tiro por elevación a Estados Unidos cuando dijo que los mismos que le pedían invadir Siria ahora “están negociando con Siria y con Irán para invadir Irak”. Fue, de todos modos, un discurso con tono conciliador.

 

Detrás del discurso

◆ “Queremos pagar a los que no entraron”: por primera vez, como a pedido del juez Thomas Griesa, la Presidenta dejó en claro que hay voluntad de pago no sólo a los acreedores que aceptaron los canjes en 2005 y en 2010, sino a los que no entraron, lo que equivale a decir a los fondos denominados buitre.

◆“Que no los asusten”; “quieren que pateemos el tablero”: la Presidenta enfatizó, como nunca en las últimas jornadas, que la Argentina no tiene pensado entrar en default. Hasta ahora, tanto el Ministerio de Economía, en un comunicado, como el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, habían jugado con las palabras dejando abierta la idea de distintos mecanismos de pago que eran interpretados como una eventual cesación de pagos.

◆ “Que se generen las condiciones para un acuerdo”: el mensaje busca, por un lado, esgrimir algún tipo de pretensión en la mesa con los buitres y el juez de cara a la militancia, pero en el fondo estrictamente tiene que ver con el pedido de que reponga la medida cautelar que permita al país pagar a los acreedores vigentes sin peligro de embargo, “para cumplir con las leyes argentinas”.

◆ “Miren si tenemos vocación negociadora, si somos previsibles”: tras una semana de idas y vueltas con el fantasma de la cesación de pagos, la Presidenta eligió dejar de lado las ambigüedades. Como respondiendo a la frase de Griesa en la última audiencia con las partes de que “el discurso de la Presidenta es un problema”, Cristina habló de pagarles a todos y dejó de lado la palabra “extorsión” con la que había definido la operatoria y desatado el enojo de litigantes y del propio magistrado.