En medio de reclamos por pérdida de competitividad y falta de dólares para la producción, el Día de la Industria contrastó dos visiones del lugar donde está la industria. Desde la perspectiva de la UIA, recién ahora el sector alcanzó el nivel de producción per cápita de 1974. Del otro lado, una comparación entre indicadores de la década de los 90 y la “década ganada” llevó a Cristina Fernández a señalar que la industria creció 5,9% desde 2003 mientras que en la década anterior caía 3,4%. Sin embargo, en lo que va del año, recién en julio la industria cortó una racha de 15 meses de caídas y en el primer semestre del año acumuló una baja del 1,7% frente al mismo período de 2014. El año pasado, además, cayó -2,6%. Un año antes había logrado un crecimiento del 1,4% y en 2012, en tanto, había mostrado una baja de -2,3%, según los datos de la UIA.
En el análisis por décadas, los récords cosechados hasta el final del primer mandato de Fernández compensan las caídas del segundo. No en vano todas las comparaciones que lleva adelante el Gobierno se remontan hasta 2003.
Así lo explican quienes analizan el contraste de los dos discursos que se dieron en escenarios distintos: por un lado, Héctor Méndez como único orador en el acto de la Unión Industrial, flanqueado por el gabinete nacional y el precandidato Daniel Scioli, con la ausencia de Mauricio Macri y demás presidenciables –Sergio Massa estuvo reunido con la UIA un día antes–.
“Ni en 2011 vivíamos en una panacea ni en la actualidad estamos al borde del precipicio”, aclaró Méndez.
Del otro, Cristina rodeada por los industriales afines de la Cgera, CGE, los metalúrgicos de Adimra y la Unión industrial bonaerense (Uipba), dispuestos a cerrar filas con el Gobierno que les garantizó la protección comercial en la última década.