¿Por qué, a diferencia de los argentinos, los farmers norteamericanos están tan contentos?, preguntó el martes pasado en Agrotendencias 2013, Mike Dwyer, director del Foreign Agricultural Service, del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). “Tienen ingresos por US$ 122 mil millones, éstas son las utilidades de la agricultura estadounidense”, dijo, para aclarar que vienen de tres años consecutivos con ganancias récord.
En el seminario organizado por la Federación de Acopiadores que se realizó en la ciudad de Buenos Aires, afirmó: “El futuro tiene buen aspecto. El precio de las commodities en los últimos años ha sido impactante”. Y ejemplificó: “Esperamos que los precios del maíz bajen en tanto haya más productos en el mercado, pero después van a volver a aumentar, al igual que el trigo, la soja y el arroz. En los próximos diez años van a permanecer a nivel récord. Lo mismo que la carne vacuna y de cerdo”.
A raíz de esto, con sus ganancias, los productores están comprando la mejor tecnología que hay en el mundo. Y se están produciendo más en menos tierra. Dwyer compartió con la audiencia los principales siete factores que tendrán impacto en la agricultura mundial en la próxima década.
1) El crecimiento económico global y el surgimiento de la clase media, particularmente en China y el sudeste asiático. Dwyer recordó que se espera que la clase media en el mundo aumente para 2022. Serán 978 millones de hogares. Un hogar de clase media en Estados Unidos utiliza U$$ 20 mil. Así se la define.
Para la próxima década se espera que la clase media en los países en desarrollo (India, China, Rusia y Brasil) se duplique. Esto viene acompañado de cambios en la alimentación. El USDA analizó por país cómo reaccionan los consumidores cuando aumentan los ingresos en un dólar. Los de menores ingresos gastan el 60% de ese dólar en más comida. En China, esa cifra es del 40%. En Estados Unidos, del 6%. “La mayor parte de la demanda va a provenir de esos países en los que el impacto en los alimentos es mayor”, dijo.
En cuanto a la carne destacó cambios en el consumo, que en la UE tuvo un incremento del 1%, del 2% en Norteamérica, del 16% en el sudeste de Asia, del 27% en China y un tanto más en Sudamérica. “Esto tiene implicancias en la demanda de alimentos y se traduce en más harinas de soja, cereales, etc.”, señaló.
2) El valor del dólar. Cuando baja el dólar, presiona hacia arriba el precio de las commodities, porque se cotizan en esa moneda. “No juzguen el valor del dólar a partir de lo que pasa en Argentina. En la canasta de monedas, el dólar está bajando drásticamente desde 2002”, apuntó el orador.
3) La producción mundial de biocombustibles, porque se siguen utilizando el maíz y el aceite de soja como materia prima.
4) El papel del comercio y su liberalización. “El comercio va a aumentar en los próximos diez años”, alentó. “El mercado está en crecimiento, ahí es donde juegan Brasil y Argentina. El comercio agrícola global en 2002 era de 250 mil millones, y en 2010 era de más de 800 mil millones. Va a seguir subiendo. Todo el mercado agrícola y de alimentos es internacional, y Argentina está en esos mercados. El comercio alcanzará los 1,1 mil millones de dólares en la próxima década”, adelantó. “Crecen las importaciones de los países en desarrollo. Este es el futuro de la agricultura global”.
5 ) Los precios de la energía. “El costo de la producción parece haber aumentado en los últimos cinco años”, dijo. “Las ONG que se concentran en el medio ambiente no ven que no se podrá producir lo necesario para que el precio de los alimentos sea accesible. Esto no cambiará en los próximos 10 años”, acotó. “Hay gente que no cree que haya una conexión entre el precio del petróleo y el del alimento animal, pero están muy correlacionados. Muchos insumos tienen petróleo como materia prima. Si ustedes quieren saber adónde van los precios de los alimentos, pregunten entonces primero cómo está el petróleo”, dijo.
En su opinión, los márgenes de ganancia en Estados Unidos serán presionados por el aumento en los costos de producción. Pero esto ocurrirá en todos los productores de granos, Brasil, Argentina… el margen irá bajando.
6) Si el mundo necesita más alimentos hay dos alternativas: usamos más tierra o aumentamos el rinde. Para Dwyer, “en los próximos diez años se pueden hacer ambos”. Y sostuvo que va a haber más tierras disponibles, que se concentrarán en Brasil, Ucrania y Rusia. La disponibilidad de tierras no cultivadas en América Latina es de 123 millones de hectáreas y en Africa de 202 millones, pero están muy inaccesibles y sin infraestructura.
7) La biotecnología: “Eventos nuevos van a liberarse al mercado, éstos van a bajar los costos y aumentar la producción”, destacó, argumentando que ninguna tecnología es tan prometedora como la biotecnología. “Ustedes vieron el impacto que tuvo en la Argentina y Brasil. Actualmente hay 160 millones de hectáreas en el mundo con eventos transgénicos. En Iowa producen más de 15 t/ha. Gracias a los transgénicos, los rindes han aumentado”.