Hace muy poco, capitales alemanes y chinos compraron sendos programas de mejoramiento de soja en la Argentina (China a Nidera y Bayer a FN Semillas). “Por algo será”, análizó Ricardo Reddy, director general de BAUP Semillas, la novel marca de soja que sale a competir con los colosos del mercado de la oleaginosa. Reddy –que viene de muchos años trabajando en la industria semillera– y muchos otros están convencidos de que la Argentina tiene grandes recursos para desarrollar cultivares de soja que pueden conquistar los mercados del mundo.
Desde AgSeed, la semillera madre con sede en Junín desde la que se lanza la marca BAUP, definieron que la plataforma idónea debe incluir Brasil, la Argentina, Uruguay y Paraguay. “Estamos hablando de un mercado de más de 50 millones de potenciales hectáreas de soja a las que se puede llegar”, indicó Reddy en el lanzamiento de BAUP. “Son 30 millones de hectáreas en Brasil que se destinan a la oleaginosa, 20 millones de hectáreas en la Argentina y unos 2 millones más entre Paraguay, Uruguay y
Bolivia”, agregó.
Sin duda, esto conforma una plataforma imponente desde la cual lanzarse. “Estamos muy entusiasmados –explicó Reddy– porque el proyecto es ambicioso. Es inusual que una marca salga al mercado apalancada en más de treinta años de investigación y desarrollo en germoplasma de semillas como lo tiene AgSeed”, indicó. “Por eso se puede salir ya con 14 variedades comerciales en la Argentina, además de tener otras 15 en etapa pre-comercial; y unas seis variedades comerciales para Brasil y
Paraguay”.
En cuanto al testeo de cultivares realizado hasta el momento, Héctor J. Larraburu, director de Investigación de AgSeed, detalló que en Brasil ya realizaron ensayos en diez localidades del sur del país, además de probarse BAUP en 11 localidades de Paraguay y en 67 de la Argentina. Pero el desafío sigue, sobre todo buscando germoplasma específico para cada región.
“La mayoría de las semilleras que van a instalarse a otros países llevan variedades que localmente han sido exitosas y buscando ambientes y suelos similares las extrapolan a otros mercados”, explicó Oscar Duce, gerente de Investigación Regional. “La genética de BAUP es propia en 100%, sin recurrir a licencias de terceras compañías. Lo que hacemos es realizar en forma simultánea los testeos en la Argentina y en Brasil. En 2013 sembramos mil líneas y otras mil en 2014. Año a año va quedando sólo el 20% de estas líneas en la selección que hacemos para cada región, y al cabo de unos seis años se llega a lo que serán materiales comerciales ya ensayado para cada ambiente”.
Exeriencia en Brasil. El camino de AgSeed viene a paso lento pero firme. Y mucho a pulmón. Puede sonar a ficción cuando Ricardo Reddy cuenta que el año pasado recorrió con su camioneta el sur de Brasil y fue preguntando semillero por semillero quién aceptaba testear algunas variedades de BAUP. “Me contagió el optimismo que fui encontrando”, le dijo a Super Campo; y “cada vez que viajo allí, regreso renovado a la Argentina, porque puedo darme cuenta de las cosas importantes que logramos hacer y que muchas veces en este país no valoramos, como el buen camino que hemos hecho en soja”, dijo.
En ese primer viaje conoció a Felipe Angelo Possa, un ingeniero agrónomo propietario de la firma Possa & Cía Ltda., quien sin dudarlo aceptó distribuir los cultivares entre sus clientes. Aprovechando la presentación comercial de BAUP en Junín, Possa viajó a la Argentina con los últimos datos de los ensayos realizados en los departamentos del sur de Brasil (Rio Grande do Sul y Paraná) que son aquellos en los que planean focalizar la venta de estas semillas. Y Felipe estaba exultante. “No son muchos los datos todavía”, dijo en un portuñol prolijo a la audiencia, que miraba con buenos ojos los resultados en una presentación. “En un ensayo con más de veinte cultivares, una de las variedades de BAUP (AG6220) salió séptima en rendimiento con un promedio de 69,2 bolsas/ha, lo que en kilos son unos 4.200/ha, no muy lejos de la más rendidora, que fue la BMX Ativa, con un promedio cercano a los 5 mil kilos/ha”, indicó con una sonrisa de satisfacción, porque cree que el negocio de soja en Brasil tiene un gran horizonte por explorar y sobre todo porque siente que acertó cuando aceptó las primeras bolsas de soja BAUP.