El plan ya está en marcha. La crisis internacional tomó a muchas compañías por sorpresa, cerca del fin de año y con un 2009 planeado casi en su totalidad. Sin embargo, la experiencia argentina en tiempos de crisis hizo que la reacción de los ejecutivos fuera rápida y los ajustes de presupuestos y renovación de proyecciones no tardaran en echarse a andar.
Ante la compleja e inestable situación financiera local y global, muchas empresas comenzaron a evaluar las medidas que deberán tomar para no quedar atrapadas en las redes de la deblace. Con una crisis en pleno desarrollo, la reducción de costos pasó a ser un aspecto primordial y junto a ella emergió la austeridad en el trato hacia las capas altas y medias de ejecutivos encargadas, precisamente, de ejecutar el plan de ajuste de la compañía.
Al mismo tiempo, las trabas incipientes a la contratación de nuevos ejecutivo top se convirtieron en infranqueables puertas de hierro. Es que el nivel de reclutamiento o downsizing (redimensionamiento) es quizás uno de los indicadores que más fielmente reflejan el estado del mundo corporativo frente a la crisis.