En septiembre de 2008, la economía argentina entró técnicamente en recesión. Entre ese momento, cuando se interrumpió el ciclo de crecimiento de más de seis años, y enero pasado, la actividad cayó un 1,1%, un ritmo que, anualizado, arrojaría una pérdida de producto bruto interno de 3,4 por ciento.
La tendencia se agudizaría en los próximos meses, con fuertes efectos sobre las variables sociales, como el empleo, el desempleo, el consumo y la inversión. Y si se toma la historia argentina como guía, hay una posibilidad de que no se salga de la recesión antes de marzo de 2010: el promedio de los ciclos recesivos en el país, desde 1970, duró 18 meses.
Los datos están contenidos en el informe más exhaustivo que se realiza en la Argentina en materia de ciclos económicos, a cuyas principales conclusiones accedió PERFIL en exclusiva.
El economista tucumano Juan Mario Jorrat, uno de los autores del estudio, no se anima a arriesgar mayores datos técnicos antes de terminar de revisar la serie estadística en las próximas semanas. Pero ayer, en diálogo con PERFIL, confió: “Yo le dije a mi mujer que, para decidir el adelantamiento de las elecciones, Cristina debe haber visto lo que yo vengo anticipando desde mayo del año pasado”.
Jorrat encabeza el equipo de investigadores del ciclo económico del prestigioso Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
“Se entiende por recesión el período de caída en el nivel mensual de actividad económica que se inicia en un pico –en este caso, septiembre de 2008– y termina en un valle”, se afirma en el informe confeccionado por Jorrat junto con María José Granado.
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