Desde el mes de febrero el Gobierno impuso dos congelamientos de precios. El primero a partir de ese mes, sin publicar precios de referencia, pero supuestamente abarcando un amplio espectro de productos que iban desde los alimentos hasta los electrodomésticos.
Los resultados obtenidos no le resultaron satisfactorios, y entonces recurrió aun segundo ensayo buscando un acuerdo con las grandes cadenas de supermercados, que publicaron los precios máximos de quinientos productos, de los cuales menos de cien son de consumo masivo. Según el relevamiento de los cincuenta productos de la Canasta Básica de Alimentos (CAB) que todos los meses hacemos hace más de dos años desde el Índice Barrial de Precios (IBP) en ocho ciudades del país, sólo en el conurbano bonaerense los precios aumentaron un 24% en lo que va del 2013, llevando el valor de la CAB para una familia de cuatro personas compuesta por dos adultos y dos hijos pequeños, de $1700 en diciembre pasado a $2100 en el mes de octubre acaba de finalizar.
Entre septiembre y octubre los precios de los alimentos pegaron un salto de 5,77%, principalmente impulsados por el rubro verdulería, cuyos productos se incrementaron en un mas de un 12%. De éstos los que mas aumentaron en el último mes fueron el tomate (42,86%), la papa (20%) y la lechuga (20%). El rubro de almacén no se quedó muy atrás en esta triste carrera aportando con un interesante 6%, contando entre sus principales contribuyentes al pan (12,50%), las lentejas (14,25%) y la sal fina (14,30%). Los productos de carnicería estuvieron encabezados por el pollo que avanzó casi un 20%.
Ahora, el Gobierno nos alienta anunciando la “prórroga del congelamiento hasta el 31 de diciembre” a la vez que denuncia una “campaña mediática que pretende instalar la existencia de un proceso inflacionario que no existe”. Los aumentos de precios que se descargan cotidianamente sobre los bolsillos del conjunto de la ciudadanía no son consecuencia de los que construimos los índices que los reflejan, sino producto de políticas ineficaces e inadecuadas. Medidas como el congelamiento de precios pueden ser adecuadas para un corto plazo, mientras se toman las medidas de fondo, pero de ninguna manera como herramientas que se van prolongando en el tiempo.
* Director del Isepci.