La propuesta del Gobierno de pagarles a los bonistas en el territorio nacional desató numerosas dudas sobre el grado de aceptación que tendrá entre inversores del exterior la iniciativa oficial si el Congreso la aprobara. Al respecto, PERFIL entrevistó a Mariano Arrieta, un argentino radicado en Zurich, estratega del banco Credit Suisse, sobre los puntos que más preocupan a inversores y legisladores. En un diálogo telefónico esto es lo que contestó ayer.
—En caso de que se apruebe el anteproyecto, ¿qué aceptación podría tener la propuesta entre los inversores?
—Asumiendo que se aprueba el anteproyecto, va a ser difícil convencer a los inversores del exterior de cobrar en la Argentina, aunque los inversores locales tal vez sean más flexibles a aceptar el pago. Entre los del exterior que compraron deuda argentina en el último año, hay que recordar que para los fondos de “real money”, el cambio de jurisdicción hace que los bonos dejen de ser elegibles, y por lo tanto tendrían pocos incentivos para aceptar el cobro en la Argentina. Otros fondos –securities– suelen ser más reticentes cuando se trata de legislación que no conocen. Para el resto de los inversores, por el momento tampoco está claro de qué forma se harían efectivos los cobros, cómo se va a acceder al mercado de cambios, o qué entidad financiera va a girar esos dólares a una cuenta en el exterior, considerando las declaraciones del juez Thomas Griesa.
—¿Qué consecuencias podría tener una eventual declaración de desacato?
—Sin dudas no sería una buena noticia para un país que está en un proceso de querer mostrar capacidad de pago o busca atraer inversión directa.
—¿Crecería la posibilidad de que los inversores aceleren la deuda si se aprueba el anteproyecto?
—Hasta el momento, la aceleración no tuvo lugar por cierta expectativa de los tenedores de bonos de que una vez que la cláusula RUFO (Rights Upon Futures Offers) quede sin efecto, en 2015, habría un acuerdo. Esto podría variar si en el discurso oficial surge que “cuando venza la RUFO nada va a cambiar”.
—Los precios en el mercado están sostenidos. ¿Cuáles podrían ser los motivos?
—Los inversores todavía tienen mucha información para digerir y van a tardar en procesar las señales que provienen de diversos sectores. En medio de las noticias positivas, las negativas y los cambios en las expectativas, las cotizaciones aún no dan cuenta de cierto deterioro fiscal, especialmente los de junio, cuando se observó una importante suba del gasto.