Critican pedidos de Moreno para autorizar importaciones

Las dificultades para importar y también para exportar fueron cuestionadas una vez más por los empresarios que como pocas veces denunciaron en voz alta cómo los –escasos– permisos para ingresar productos se convirtieron en el as del Gobierno para negociar dádivas con el sector privado.
“Se está recurriendo a las declaraciones juradas anticipadas de importación como un elemento de presión”, subrayó en una reunión de empresarios el vicepresidente de la comisión asesora de Importaciones y Exportaciones de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), José Luis González Selmi. “Se convirtió en una herramienta de política económica, pero el problema es que es arbitraria”, recapituló sobre las exigencias que se generaron para poder importar, como suscribir los títulos del blanqueo, exportar por la misma cantidad que se quiere importar, realizar inversiones y otros aportes al modelo, como apoyo para la campaña electoral. La lista de todo lo que “no está escrito” se completa con pedidos de sustitución de importaciones y presentación de listas de precios.
El presidente de la Cámara de Importadores, Diego Pérez Santisteban, cuestionó la “naturalización” de la presión que ejerce el Gobierno y consideró que “si alguien quiere ser sólo importador, tiene todo el derecho a serlo. No hay que bajar los brazos. Hay que persistir para que las cosas vuelvan a la normalidad”. En ese marco, los participantes del panel sobre comercio exterior organizado por IDEA el jueves, coincidieron con el titular de la CIRA en que “lo que impide el desarrollo del comercio exterior son las normas no escritas”.  Los criterios de aprobación y rechazo de las DJAI siguen siendo un misterio. “Son fiscalistas. Hasta que el análisis no sea técnico, esto no va a cambiar”, vaticinó el representante de los importadores, que denunció falta de remedios para enfermos terminales entre otros faltantes para el mercado interno que generan “problemas de empleo”, mientras que también se retienen piezas necesarias para exportar. Una de las pocas alternativas que se encuentran es la presentación de amparos judiciales. Para el vicepresidente del Centro de Despachantes de Aduana, Antonio Cairo, la discrecionalidad generó también “problemas sociales”. La situación de los despachantes “empezó a deteriorarse por las DJAI”, relató. Muchos se vieron en medio de una fuerte competencia por intentar una aprobación, que repercutió en las hasta entonces buenas relaciones con sus clientes. El llamado de los empresarios ante las presiones de Moreno fue de “nunca resignarse”. Y cuando la DJAI sale, “festejar”, según dijo González Selmi. Cuando se reúne la CAC, “el que logra que le aprueben una trae masas. Y el que saca más, trae champaña”.