El polémico ministro de Planificación Federal Julio De Vido no sólo logró continuar en su cargo sino que consiguió avanzaren el organigrama de ministros de la recientemente asumida presidenta Cristina Fernández. Los funcionarios más cuestionados de la cartera que dirige el santacruceño seguirán en sus lugares. De esta manera, el gabinete se equilibra con la fracción que dirige el jefe de Gabinete Alberto Fernández, con incidencia directa sobre el joven ministro de Economía Martín Lousteau.
La presidenta, luego de empecinarse en defender las relaciones con la República Bolivariana de Venezuela y con su presidente Hugo Chávez, confirmó ayer la continuidad en sus cargos de los secretarios que responden a De Vido, entre ellos el inefable al secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno.
Lousteau deberá convivir en su Ministerio con un secretario que reporta a De Vido, el rival de su jefe. Las designaciones establecidas por medio de la Resolución 22, publicada ayer en el Boletín Oficial, demuestran que resultó beneficiado el ministro pingüino más cuestionado por hechos de corrupción durante el mandato de Néstor Kirchner, según informa esta mañana el Diario PERFIL.
La primera mandataria ratificó en sus cargos al secretario de Obras Públicas , José Luis López; de Transporte, Ricardo Jaime; de Comunicaciones, Lisandro Salas; y al subsecretario de Coordinación, Roberto Baratta, el hombre clave del control de De Vido en el sector energético.
En la Secretaria de Energía sigue Daniel Cameron, con poderes recortados a favor de otras áreas controladas por el ministro. Cameron es el único hombre del sector que goza de la confianza personal de Cristina Kirchner.
Alberto Fernández designó a quienes conducirán carteras estratégicas como la de Hacienda, que ocupará Juan Carlos Pezoa, de Agricultura y Ganadería, donde continuará Javier De Urquiza, y, aunque no es un hombre de la política, también tendrá influencia en Industria, donde llegó el empresario automotriz Fernando Fraguío.
Un tercer sector, que responde a Carlos Zannini y su fundación Primero Argentina, trataba de ubicar al economista y ex embajador en París Eric Calcagno al frente de la política hacia las Pymes. El plan incluye elevar el rango de la Subsecretaría Pyme a Secretaría y acompañarla con una nutrida dotación de recursos.
Más información en la Edición Impresa.