ECONOMIA
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De Vido trata de cercar a Kicillof y recuperó parte de la caja que le había sacado en Enarsa

Duelo. De Vido pasó servicios a una cuenta que Kicillof no vigila.
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El ministro de Planificación, Julio De Vido, ordenó la semana pasada una movida interna para recuperar el poder dentro de Enarsa, que había perdido a principios de 2012 a manos de Axel Kicillof. Como resultado, “Enarsa sólo se quedó con el manejo de fondos para solventar la importación de gas boliviano y de LNG, un área que desde el año pasado controla YPF, que se encarga de las licitaciones de las cargas metaneras”, señaló un directivo de la empresa. Por ese ítem, el año pasado salieron del país US$ 4.697 millones, más de lo que pagó el país por los compromisos de la deuda externa.

En enero de 2012, el viceministro de Economía designó a José Carbajales, de La Cámpora, como director y subgerente general de Enarsa, a fin de auditar los crecientes gastos de la empresa estatal de energía.

Carbajales, un abogado y politólogo formado con honores en la UBA y con una maestría en la Universidad Austral, se desempeñaba como jefe de Legales de la también estatal Ebisa (Emprendimientos Energéticos Binacionales). Desembarcó en Enarsa con apenas un par de colaboradores y desde entonces, se dedicó a seguir de cerca los pasos a Exequiel Espinosa, presidente de la empresa estatal, que responde ciegamente a De Vido. Con el paso de los meses logró controlar algunos puestos estratégicos, como la gerencia de Administración, que tras la salida de Ricardo Cabrera –hombre de Planificación– ocupó Gastón Ghioni, un sociólogo que responde a Carbajales, y la jefatura de Compras.

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Restauración. La reestructuración interna de Enarsa, impulsada por Kicillof, fue tolerada por los hombres de Planificación mientras duró la excelente llegada del viceministro a la Presidenta Cristina Kirchner. Pero ahora, cuando esa relación parece haberse enfriado, los laderos de De Vido lanzaron una embestida restauradora. Por orden de Espinosa –uno de los pasajeros del avión en que viajó el valijero Antonini Wilson–, se transfirieron bajo la órbita de la subsidiaria Enarsa Servicios –una sociedad con Invap, que está exenta del alcance de Carbajales– buena parte de los contratos de Enarsa.

“El disparador fue el atraso en el pago a proveedores, dado que a algunas empresas de servicios contratadas por Enarsa no se les paga desde noviembre del año pasado”, explicó un colaborador directo del presidente a PERFIL. Enarsa Servicios pasó a controlar los fondos de las obras de ampliación de la ex refinería Rhasa para aumentar la capacidad de destilación y de la planta de inyección de propano, aire que produce gas natural sintético que se inyecta en las redes de distribución y que en el corto plazo comenzará a producir combustibles para barcos. La iniciativa de Espinosa prevé darle competencia sobre los proyectos de las centrales termoeléctricas Brigadier López, de 420 megawatt (Mw) en Santa Fe, y Ensenada de Barragán, de 560 Mw, en Ensenada.