Desde París
La negociación de Argentina con el Club de París el próximo 28 de mayo será tal vez la última que coordine el actual director del Tesoro francés, Ramón Fernández. Ese alto funcionario del Ministerio de Finanzas, de 46 años, probablemente dejará sus funciones en las próximas semanas para asumir la Dirección Financiera de la empresa telefónica mixta Orange (creada cuando France Telecom compró la británica Orange).
No es la primera vez que circulan versiones sobre su reemplazo. En noviembre de 2013 el gobierno llegó a anunciar que su sucesor sería François Villeroy de Galhau, que en ese momento era número uno de BNP Paribas. La torpeza del nombramiento obligó a cambiar los planes e impidió que Fernández pudiera aceptar un ofrecimiento del banco de negocios Edmond de Rothschild.
Ahora el cambio parece mejor organizado. Aún no está decidido quién será su sucesor. El nombramiento de ese funcionario clave depende del ministro de Finanzas, pero –conforme a una tradición rigurosamente respetada desde la época del general de Gaulle–, quien elige es el presidente de la República.
En todo caso, el alejamiento de Fernández al parecer no incidirá en las negociaciones con la Argentina, pues el director del Tesoro –que preside el Club de París– realiza tareas de coordinación entre deudores y acreedores. La “actitud” del Club de París no depende de los funcionarios, sino del mood de los países acreedores. Tampoco está subordinada a la personalidad del director del Tesoro, que consagra 99% de su tiempo a los problemas de refinanciación de la deuda francesa. Los verdaderos expertos del Club de París son los funcionarios del equipo, integrado por tecnócratas de la Administración de Finanzas que tienen todo el know how de la negociación y pueden transmitirlo en pocos minutos al nuevo director.
Próximos pasos. El rol del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el cronograma de pagos todavía son los dos grandes obstáculos para un acuerdo. La forma que tendrá la participación del FMI en las negociaciones de Argentina con el Club de París determinará –en gran medida– el desenlace de las conversaciones que comenzarán el 28 de mayo en la capital francesa. También están sin revolver el desembolso inicial, las cuotas anuales, y el pago de los intereses y punitorios de la deuda que, según los acreedores, asciende a 10.081 millones de dólares.