La empresa ferroviaria de carga Ferrosur Roca, otrora propiedad de Amalia Lacroze de Fortabat y controlada en la actualidad por la brasileña Camargo Correa, sufrió un grave desfalco por parte de al menos una decena de sus empleados y personal ejecutivo, que simuló gastos y costos inexistentes en la operación del tren a través de facturas de dudosa procedencia y otras prácticas que estarían al borde de la ilegalidad.