“La economía es un macro-combo”, interpretó la presidenta Cristina Kirchner hace unas semanas. Quizás por eso, así como ahora el Gobierno hizo cambios en Ganancias para impulsar el consumo de cara a las elecciones, luego de ellas habrá otras medidas, pero para mejorar las cuentas públicas.
Según admitieron fuentes de Casa de Gobierno, la intención no será sólo recuperar el esfuerzo fiscal de $ 4.500 millones que suponen los anuncios de la semana pasada. Para eso se enviaron proyectos al Congreso para cobrar un 15% sobre la compra-venta de acciones y valores que no coticen en el mercado, más una alícuota del 10% sobre la distribución de dividendos.
El objetivo será, después de octubre, generar un “colchón extra” de ahorro para equilibrar el frente fiscal. Algunos papers que manejan en Economía hablan de incorporar entre $ 3 y $ 4 mil millones de ingresos más por mes, sin recurrir a un recorte general del presupuesto destinado a gastos corrientes o de infraestructura. Para ello, se estudia:
◆ Incrementar el pago a cuenta de Ganancias en los gastos con tarjeta de los argentinos en el exterior. El Gobierno llevaría del 20% al 30% el recargo que funciona casi como un impuesto, dado que más del 70% de los contribuyentes no solicita su reintegro. Desde que en septiembre de 2012 comenzó a realizarse el cobro, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha recaudado más de $ 4.500 millones. Su titular, Ricardo Echegaray, ha dicho hace unos días que “categóricamente no” aumentarán este porcentaje. Pero en Economía lo relativizan: “No diría otra cosa en campaña”.
◆ Aplicar un tributo sobre la venta de autos de alta gama cero kilómetro. Se trataría de un impuesto que rondaría el 15% del valor de venta de automóviles de lujo, cuyas ventas se dispararon como consecuencia de las restricciones sobre el dólar. Como ejemplo, en julio pasado se vendieron 495 BMW, es decir, 101% más que en el mismo mes del año pasado, según datos de los concesionarios.
◆ Retomar la reducción a subsidios al consumo energético, que se encaró tras los comicios de 2011, pero se frenó con la tragedia ferroviaria de Once. De acuerdo con Economía y Regiones, “la dinámica de los subsidios ha sido el “talón de Aquiles” de las cuentas públicas”. Pasaron de ser el 0,5% del Producto Bruto en 2005, a un 4% este año.
A julio, las transferencias por este concepto crecen al 46% anual, y llegarían hacia diciembre a los $ 125 mil millones. Fuentes de Economía hablan de, por lo menos, reducir en alrededor de $ 20 mil millones esa cuenta, de manera gradual. Sólo los subsidios a la energía representan el 2% del PBI.
El ex secretario de Comercio Exterior y actual consultor, Raúl Ochoa, puntualizó por su parte que “todo indica que pos- elecciones van a reducir subsidios, en el sector energético y aumentar algunos impuestos”. “En realidad, el Gobierno necesita por lo menos, como mínimo, $ 4 mil millones más por mes para estar algo, levemente, más aliviado”, apuntó.
◆ Implementar gravámenes más generales sobre la renta financiera. Más allá de las medidas anunciadas para “compensar el esfuerzo fiscal” del cambio en Ganancias que rige desde mañana, habría tributos más generalizados. Está en estudio un tributo sobre la tenencia de acciones y títulos públicos, aunque se mantendría a salvo a los plazos fijos. En este punto hay discusiones también porque un ala del oficialismo lo considera contradictorio con el intento oficial de “recrear el mercado de capitales”.
La economista María Castiglioni Cotter resaltó que “al Poder Ejecutivo no le queda mucho margen para seguir aumentando impuestos”. “Puede haber retracción del consumo”, advirtió. Para el ex viceministro de Economía, Jorge Todesca, la situación es delicada y “es factible que haya algún incremento tributario”. “Creo que el Gobierno va a tratar de tomar todas las medidas que considere necesarias para evitar una brusca devaluación”, aclaró.
Cada una de estas ideas puede tener diferentes implementaciones, ya que en algunos casos se trata de “aumentos de recargos” –como el caso de los anticipos sobre las compras en el exterior–, mientras que en otros hace falta una ley –nuevos impuestos a acciones o títulos públicos– por lo que el Gobierno necesitaría apurar el tratamiento antes del recambio legislativo. Sobre este esquema que se está terminando de diseñar, también hay otras dos ideas, aunque todavía en estado embrionario: un eventual incremento de la tasa máxima de Ganancias, hoy en el 35%, o una sobrealícuota sobre las ganancias extra de las empresas.