Analistas consultados por PERFIL aseguran que las denuncias que pesan sobre Cristóbal López y la tensión con Brasil se conjugaron para que el directorio de Petrobras suspenda la venta de sus activos en la Argentina.
La semana pasada, la diputada Elisa Carrió le pidió a la Justicia que investigue el origen de los fondos con los que López pretendía realizar la operación. Carrió llevará a Estados Unidos y a Brasil la denuncia.
“Desde hace unas semanas en el Grupo Indalo estaban muy preocupados por Carrió, ya que sus denuncias complicarían la operación por Petrobras”, explicó una fuente que justificó así la conferencia de prensa que Fabián De Sousa, socio de López, realizó para desalentar rumores que ligaban al grupo con el caso Báez y el proyecto oficial de blanqueo.
“Petrobras es una pieza clave en el gobierno de Dilma y no quiere que su estrategia de negocios se complique asociándose a personas que los medios de Brasil muestran como amigos de Cristina Kirchner”, explicó otro.
La relación con Brasil, además, es tensa. La cumbre Dilma-Cristina no resolvió ninguno de los temas de la agenda bilateral que siguen pendientes, como el comercio administrado que los brasileños consideran unilateral.
La salida ordenada de la minera Vale también generó tensiones entre ambos gobiernos.
A su vez, otras fuentes indicaron que existe una diferencia entre Dilma y Lula Da Silva. El ex presidente “vino a poner paños fríos hace una semana, pero no funcionó. El es más proclive a Cristina que Dilma”.
De todas formas nadie da por cerrado el capítulo de Petrobras y su venta de activos en la Argentina.
La empresa inició su desinversión en el país cuando le vendió parte de sus estaciones de servicio y su refinería San Lorenzo al propio Grupo Indalo, en 2011.
“El plan continuará, porque la petrolera requiere cuantiosas inversiones para el desarrollo de sus megayacimientos en las costas de Brasil. Esto es parte de un modelo de desarrollo que incluye a muchos otros sectores y en él se basa el programa de Dilma”, explicó un analista.