Economistas expertos en agro sostienen que las medidas son "curar con aspirina a un enfermo terminal"

“No cambió nada”, fue lo primero que afirmo el ingeniero agrónomo Fernando Miguez, cuando Perfil.com le preguntó sobre las modificaciones anunciadas a las retenciones. El director de contenidos de la revista Agromercado comentó que sembrar ya no va a ser un negocio rentable.

En enero pasado, Miguez publicó una nota titulada "Recontra Retenciones". Por aquel entonces, el experto criticó la suba del impuesto que determinó Néstor Kirchner en noviembre de 2007 (alcanzando el 35%). Allí, el ingeniero resaltó que si se eliminaran las retenciones a las exportaciones de trigo, se podría regalar todo el grano que se consume localmente.

“La plata que significan las retenciones es más de lo que consumimos localmente", contó Miguez, quien señaló que “hasta el 35%, los productores agropecuarios no abrieron la boca”. En ese sentido, el director de Contenidos de Agromercado manifestó que la política de reintegros que el Gobierno ofrece a cambio de aumentar el impuesto a las exportación “no funciona”.

Sergio Panno, Ingeniero Agrónomo asesor del Estudio Vollert, Wilken & asociados, explicó a Perfil.com que “un mini cambio hubo” en las políticas de Gobierno, pero que fue como “si le dieran una aspirina a un enfermo terminal”. El experto en economía agropecuaria afirmó que “no cambia nada el porcentaje de retenciones”, anunciados por Martín Lousteau el 11 de marzo pasado.

En coincidencia con Miguez, Panno dijo que los reintegros “no son factibles”. Dijo que se “acomodaron” con los productores de trigo y leche cuando “estalló” el conflicto. “Ahí se apuraron”, contó. A su vez, añadió que los reintegros sirven para “manejar voluntades” de los productores que son beneficiados, bajo la amenaza de suspensión de las devoluciones. “¿Para qué le tenés que sacar para después dársela?”, se preguntó.

Panno relató que los productores aceptaron “con bronca” el aumento de las retenciones impuestas por Kirchner el año pasado. En aquella oportunidad, quince días después del anuncio, el alza de los commodities significó que los productores recuperaran la rentabilidad perdida por la suba del impuesto a la exportación. “Aquella vez, la bronca se compensó”, dijo.

Ahora la situación es diferente. Tras un continuo aumento del precio internacional de los cereales, el Gobierno en marzo pasado volvió a aumentar las retenciones. El mecanismo de movilidad exacerbó a los productores agropecuarios. “Esa no fue la gota que rebalsó el vaso, fue la gota que rompió el vaso”, graficó Panno.