ECONOMIA
CAMBIOS DE CARA A OCTUBRE

El ajuste silencioso: el Gobierno aplica políticas ortodoxas para evitar una crisis

Subieron las tasas, desaceleró la emisión monetaria y cerró subas salariales que no le ganan a los precios. Objetivo: que haya más demandasin espiral inflacionaria.

El equipo económico del gobierno nacional, en mayo pasado.
| Telam

No hay cadena nacional y La Cámpora no canta "vengo bancando este proyecto”. La política económica del Gobierno ha entrado en una etapa indecible en el universo kirchnerista: el ajuste. De forma silenciosa, pero sostenida, la Casa Rosada está acompañando el impulso al consumo que implican los aumentos de planes sociales, jubilaciones y asignaciones familiares, con políticas ortodoxas: alzas en las tasas de interés que pagan los plazos fijos, un menor ritmo de emisión de moneda y una pauta de aumentos salariales que en el mejor de los casos le empata a la inflación.

Con una merma en las ventas domésticas del orden del 5%, según distintos consultores, el Gobierno anunció un alza promedio del 35% en la AUH y las asignaciones familiares, al tiempo que apuró el cierre de las negociaciones salariales. El intento es poner en el año más de $ 100 mil millones en los bolsillos de la gente con mayor propensión a consumir. Pero, en el fondo, el objetivo oficial es ganar las elecciones a fuerza de demanda popular pero sin crisis ni espiral en los precios. Y contener la inflación no parece sólo cosa de militantes-vigila-góndolas. Según muestran distintas variables, también están violando la máxima kirchnerista de nunca enfriar la economía.

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Primero, para dar batalla al aumento del dólar informal, que en mayo superó los $ 10, el Gobierno no sólo lanzó un blanqueo para captar dólares y, vía el certificado Cedin, reconocer un tipo de cambio inmobiliario que reactive el mercado de compraventa de propiedades y la construcción. También encadenó tres meses de aumento en las tasas que se pagan por plazos fijos. Aunque todavía está por debajo de una inflación proyectada en el 24% según consultores privados, hoy la remuneración promedio por tener la plata en el banco oscila en el 16,3% para 90 días, y el 16,6 para el año, unos 3 puntos porcentuales por encima del nivel de abril, según remarca la Universidad de Palermo en un informe. Subir las tasas es “la” medida ortodoxa contra la inflación, porque incentiva el ahorro y desalienta el consumo. Algo a lo que el ex presidente Néstor Kirchner siempre se negó.

“En las últimas semanas, el Gobierno aplicó un recetario ortodoxo al problema cambiario: vendió contra pesos bonos en dólares (proveyendo un instrumento para posicionarse en dólares), prolongó –a ritmo menor– la suba de la tasa de interés y aceleró el ritmo devaluatorio del dólar oficial (1,9% entre puntas, cercano al 25% anualizado, que podría extenderse en la medida que el blue siga bajo control)”, indica un estudio del ex gerente del BCRA, Hernán Lacunza, hoy al frente de la firma Empiria.

En segundo término, el Banco Central, último resorte de la política fiscal del kirchnerismo, que imprime billetes según la necesidad del Tesoro y, según economistas, incentiva el alza de precios, ha levantado el pie del acelerador. Está emitiendo a menor ritmo y, a su vez, luego saca pesos del mercado colocando bonos, en lo que se conoce como “esterilización”. La base monetaria está creciendo a alrededor del 30% mensual, cuando hasta hace poco lo hacía del 35 al 37%. Y, además, “acumula una contracción de $ 4.200 millones (-1,4%) respecto a diciembre”, según un reporte del Banco Ciudad, porque se emitieron letras y notas (Lebacs y Nobacs) que absorbieron $ 11 mil millones.
La política monetaria menos expansiva se complementó en mayo además en un menor gasto público. Según el Ministerio de Economía, en marzo, último dato disponible, el ritmo de crecimiento del gasto bajó del 36,6 al 22,8, equivalente a 14 puntos menos de crecimiento, detalla el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

El combo del ajuste silencioso se completa con acuerdos salariales que en términos reales apenas compensan la inflación. El congelamiento de precios original bajó un escalón la inflación anual que se proyectaba al 27/28% para diciembre, y hoy ronda el 24/25. Con esa expectativa, el Gobierno consiguió lo que buscaba: el grueso de los sindicatos se fotografió en la Casa Rosada con Cristina Kirchner para rubricar la “pauta modelo” de aproximadamente un 24%. “La masa salarial real no va a registrar variaciones este año, hay pocas chances de que haya una espiral inflacionaria”, apuntó un economista ultraortodoxo que prefirió no ser identificado.