Es cierto. Son gobiernos diferentes y países diferentes en contextos diferentes. Pero la participación del CEO mundial de Starbucks, Howard Shultz, en una reciente conferencia de negocios dejó una opinión sobre la baja de impuestos a las ganancias a empresas de Estados Unidos que propone la Casa Blanca que bien podría ser un café amargo también para la propuesta con ejes similares que está enviando el Ministerio de Hacienda al Congreso.
Durante la conferencia DealBook, que organizó el diario The New York Times con los principales CEOs del mundo hace algunos días, el ejecutivo de alto perfil -que hasta suele responder si piensa alguna vez postularse para la presidencia de EEUU- aseguró: "Esta propuesta de recorte de impuestos va a agregar un extra de dos trillones de dólares a los ya 22 trillones de dólares de deuda actuales, y acá estamos hablando de un recorte de impuesto a empresas". El CEO de la multinacional de las tiendas de café luego remarcó: "Es insano, no está bien".
El Gobierno presentó un proyecto de reforma impositiva que entre otras medidas propone de manera gradual la baja del Impuesto a las Ganancias del 35 al 25% para las compañías que reinviertan utilidades, en un contexto en el que subraya que estimula la inversión productiva mientras grava la renta financiera, con un impuesto a los plazos fijos y los bonos públicos.