Cristina Kirchner viajó ayer a Río Gallegos y luego se trasladó a El Calafate, como lo tenía previsto, para pasar el fin de semana.
En medio de la crisis que atraviesa el gobernador Daniel Peralta, a la jefa de Estado la esperan cerca del aeropuerto carteles que rezan: "Bienvenido interventor". Son los que mandaron a pintar La Cámpora y los intendentes, que consideran que Peralta tiene que renunciar por mal gestor.
Antes de irse, CFK mantuvo reuniones en Olivos. Primero con Florencio Randazzo, más tarde con Hernán Lorenzino y por último con el secretario de Obras Públicas, José López.
Hay expectativa en el Gobierno de un posible anuncio importante vinculado con la obra pública. Además bajó el libreto que luego repitieron los funcionarios, minimizando los efectos de la protesta del jueves.