ALFREDO CHIARADIA
“El déficit no se arregla con acuerdos comerciales”
—¿Cómo llega la negociación del Mercosur con la Unión Europea a la Cumbre de la OMC?
—La negociación es compleja y los acuerdos a veces son cosas “religiosas”, creer o no creer en el acuerdo. No se puede estar a favor o en contra porque no se sabe lo que dice el acuerdo. Estoy a favor de un acuerdo que sea bueno para los intereses del país, que son mayores exportaciones, mayor valor agregado, mayores puestos de trabajo. Si el acuerdo apunta a eso, estoy encantado. Si no, no estoy de acuerdo. Desde el Gobierno transmiten un escenario positivo pero no lo documentan. Cuando uno dice algo tiene que tener pruebas para sostenerlo. Sin pruebas, soy agnóstico. Todos los indicios muestran que los equilibrios no son buenos.
—La industria mostró preocupación por la triangulación de productos desde Asia. ¿Es tarde para seguir hablando de este tema?
—Eso todavía está en negociación y hay una posición fuerte de Europa para relajar las normas de origen, lo que les permite utilizar insumos baratos desde otros lugares como China o India. Está todo puesto sobre la mesa. En realidad todavía lo sustantivo, lo importante, no tiene muchas definiciones. Lo más complicado queda para el final. Hay una cosa eufórica, en inglés se dice athmospherics, algo etéreo que se pinta como positivo. Lo duro, lo tangible, no lo confirma.
—¿Hay postura común del Mercosur?
—El Mercosur no está tan homogéneo como en el pasado. Históricamente siempre fueron Paraguay y Uruguay los que querían el acuerdo de cualquier modo. No tienen industria y cualquier aumento en cuotas del agro les viene bien. No tienen tanto costo. Y eran Argentina y Brasil los reticentes, por el costo en los puestos de trabajo de la industria. Ahora son Uruguay y Paraguay los que más miran la letra chica. Brasil y Argentina hoy son los que más quieren que salgan y paradójicamente el acuerdo no muestra beneficios relativos tan importantes.
—El G20 y la OMC se ven como señales para el mundo inversor. ¿Ayuda a abrir mercados?
—No creo en eso. Los inversores miran cosas duras, concretas, no athmospherics. No importa si tienen muchos amigos y hacen fiestas sino que miran las políticas. Marginalmente a alguien le puede interesar pero la inversión va por otro lado. Si se combina con políticas públicas para el entorno de negocios, sin inflación, sin déficit fiscal, comercial, sin endeudamiento y ahí se agrega la presidencia del G20 y la reunión ministerial, es otra cosa. En los últimos dos años, la inversión fue financiera de corto plazo para aprovechar el carry-trade.
—¿El déficit comercial se soluciona con más acuerdos comerciales, de libre mercado?
—No, la resolución se hace con políticas públicas: con el tipo de cambio, con la competitividad, con una serie de cosas que se hacen internamente. Me hace acordar a quien busca algo donde hay luz y no donde lo perdió. Me encanta la vinculación con el mundo, pero primero hay que poner la casa en orden. Pensar que los acuerdos van a solucionarlo es un espejismo. Las reformas pueden ayudar, pero lo conoceremos con los frutos. Que los costos laborales no impacten sobre la contratación y que se creen puestos de trabajo es bueno, pero toma tiempo. El país tuvo un vuelco importante en exportaciones cuando hubo un tipo de cambio competitivo. Hoy el turismo sale más al exterior, hay salida de capitales y lo que entra es de corto plazo, más la balanza negativa, es un indicio de que el dólar está atrasado.
JORGE CASTRO
“Se está acelerando el proceso de inversión”
—¿Cuáles son sus expectativas sobre la reunión ministerial de OMC en Buenos Aires?
—Es muy importante la reunión de esta semana porque el sistema de comercio mundial atraviesa cambios de una profundidad que no se observan desde 1991 con la caída de la Unión Soviética. El marco en el que se celebra este encuentro es el acuerdo celebrado esta semana entre la Unión Europea y Japón, que representa 30% del PBI mundial e involucra cerca de 600 millones de personas. Ese acuerdo es la respuesta directa al retiro de los Estados Unidos del Tratado de Trans Pacífico, (TTP, por sus siglas en inglés), por lo tanto hay una transformación profunda en todo el orden mundial y esto está sucediendo mientras se desarrollan la reuniones en Buenos Aires, por lo que las expectativas son muchas.
—¿Hay un beneficio claro para el país estar en vidriera por ser sede de OMC?
—La Argentina está en la vidriera desde los últimos 20 meses cuando Macri llevó de nuevo al país a la lista de los más relevantes de la región, y la Argentina ocupa el segundo lugar. Eso es bueno para el país no sólo en lo referido a la reunión ministerial de OMC que tiene lugar hasta el miércoles sino también porque seremos sede de la reunión del G20 el próximo año.
—¿Pero cree que va a traer inversiones para la Argentina?
—Creo que hay que pensar que se está acelerando el proceso de inversión en los países emergentes por la naturaleza de los cambios que se están produciendo, quiero decir que miran más a los países de la región. Por lo tanto pienso que hay que colocar a la Argentina en la posición de atracción de la llegada de capitales en este marco.
—¿Van a crecer las exportaciones del Mercosur tras un acuerdo con la Unión Europea?
—Sobre el acuerdo entre el Mercosur y la UE, la posición de Argentina y Brasil como integrantes del primer grupo no consiste en ampliar las cuotas de exportación hacia el Viejo Continente, sino en atraer inversiones para el crecimiento de sus industrias. Las exportaciones que van a crecer son las industriales que en la Argentina representan el 30% del total. Eso va a dar mayor impulso a la economía. En este sentido, es destacable la recuperación de la economía brasileña, que se acerca a cerrar un buen año y podría crecer un 3% en 2018. Para la Argentina, los últimos tres meses marcaron una recuperación notable. Nuestro país va a tener crecimiento el próximo y podría llegar hasta el 5%.
—¿Cuáles serán las bases del comercio internacional para 2018?
—Trump puso en crisis las bases del comercio internacional. Es relevante esta semana que Gran Bretaña y la Unión Europea entran en una nueva fase de negociación de un acuerdo de libre comercio y tenemos que ver cómo evoluciona. Lo que podemos dar por seguro es que éste es un momento extraordinario sobre el cambio en materia de comercio internacional, no hay que olvidar que Estados Unidos y China firmaron un importante acuerdo comercial en noviembre y sus economías sumadas representan el 50% del comercio internacional, por lo que no hay un aislacionismo de los Estados Unidos como muchos creen, y no sólo se trata del paso de un sistema multilateral a bilateral, sino que hay un cambio profundo en la estrategia de las principales potencias mundiales.