"Es fundamental la planta de separación (de líquidos)", sostuvo el
flamante ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, sobre la construcción en territorio
boliviano de esta infraestructura, a cargo del gobierno argentino, condición indispensable para que
Bolivia aumente sus exportaciones de gas.
El funcionario consideró que las condiciones del contrato obligan a la Argentina a encargarse
del "establecimiento territorial (y) del financiamiento" de la planta.
La construcción, que pasará a propiedad del Estado boliviano, está inscripta en el acuerdo
que los presidentes de Bolivia y Argentina, Evo Morales y Néstor Kirchner, suscribieron en junio
pasado y su materialización condiciona cualquier incremento en la venta de volúmenes a la
Argentina.
Nuestro país buscará importar 27,7 millones de m3 diarios de gas
desde 2007 ó 2008, cuando tenga concluida la planta en la localidad boliviana de Yacuiba y
tendido un gasoducto que recorra todo el nordeste de su territorio.
Actualmente, adquiere unos 7,7 millones de m3 diarios. El contrato
que también debe homologar un incremento de 3,5 a 5 dólares por millón de BTUs (Unidad Térmica
Británica), debe ser rubricado hacia fin de año.
Los dichos de Villegas llegan tras la renuncia de su antecesor Andrés Soliz Rada, artífice de
la reciente nacionalización de los hidrocarburos bolivianos, quien no estaba de acuerdo con la
marcha atrás de la expropiación por parte del gobierno boliviano de las refinerías de la empresa
brasileña Petrobras.
"Hay todavía una resistencia muy fuerte de la Argentina. Todavía
hay presiones para que antes de firmar el contrato (de compra venta de gas) esto se
modifique", advirtió Soliz Rada antes de entregar este lunes su despacho.