En el marco de la conferencia anual del Fondo Monetario Internacional, América Latina lideró la oposición a la reforma que se aprobó hoy a la mañana con el 90,6 por ciento de los votos y que tiene como objetivo principal darle más peso dentro del organismo multilateral a 4 países: México, China, Corea del Sur y Turquía.
El bloque opositor, liderado por Argentina y Brasil –dos ex clientes del Fondo que cancelaron anticipadamente sus deudas a principios de este año y hoy se sienten más libres de expresar sus opiniones- estimó que la reforma era insuficiente y sostuvo que no se estaban dando las garantías necesarias para que los países del Tercer Mundo tengan un mayor protagonismo en el organismo.
“La región se atreve ahora a dar su punto de vista en el debate y ha perdido el complejo tras percibir que el Fondo no era infalible y que sus recetas no eran siempre las más adecuadas”, declaró Carlos Quenan, del Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL) de París.
Cinco años después de la crisis argentina, el Fondo sigue cuestionado por su papel durante las décadas de los 80 y 90, cuando se dio el lujo de dictarle qué hacer en materia de política económica a muchos países del Tercer Mundo, con resultados no siempre fueron los esperados.
“La actividad de vigilancia del FMI sólo se puede basar en la persuasión y no en un rol policial que tanto daño causó a su reputación y que restó eficiencia a los países que estaban sometidos a sus programas”, había afirmado Felisa Miceli, ministra de Economía argentina, el domingo pasado en la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional, instancia dirigente del FMI: