ECONOMIA
frente a la recesion y la inflacion

El gobierno de los CEO vive un shock de realidad tras cinco meses en el poder

Sin procesos y controles de gestión del sector privado, los ex gerentes padecen la falta de información y la exposición pública. Prometen un “aprendizaje” rápido.

EX ejecutivos top. Quintana, Dietrich, Aranguren, Lopetegui y Costantini, frente al desafío público.
| Cedoc

El martes se cumplirán los primeros cinco meses de una administración –inédita en la Argentina– encabezada por ex gerentes generales y CEO de grandes empresas. Para muchos de ellos, son días tachados uno a uno en el almanaque, porque han sido días de un verdadero shock de realidad, al exponer la experiencia en la gestión privada a los desafíos de la función pública.

Desde que entré incorporé herramientas que usaba en General Motors, como por ejemplo algunos mapeos de procesos”, contó Isela Costantini, titular de Aerolíneas Argentinas, en un introspectivo almuerzo organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), sobre el rol social de los empresarios.

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“Esta era una empresa donde en el directorio nadie conocía el presupuesto, ni había controles de gestión, y donde no había balances”, continuó. Costantini, que cursaba una carrera estelar en la automotriz estadounidense, sorprendió al saltar al frente de la aerolínea de bandera, con 12 mil empleados y un déficit estimado de 15 mil millones de pesos al año. “Ha sido mucho más complejo de lo que uno quisiera; no es un ambiente fácil y no es el ambiente donde a uno le gustaría seguir su carrera”, repitió en varias oportunidades la sanjuanina de larga trayectoria en Brasil, que ha instrumentado las “Cartas de Isela” como forma de comunicarse con sus empleados. Allí, por ejemplo, les informó que otro ex CEO, el ex dueño de Pegasus y actual coordinador de Jefatura de Gabinete, Mario Quintana, le había reducido los envíos a la empresa de US$ 422  millones a US$ 268 millones. “Para mí es como si la corporación te restringiera el presupuesto, se hace un plan de acción, no se entra en pánico”, diferenció respecto del impacto que tuvo la noticia en su cargo en la empresa estatal.

A su lado la escuchaba Juan Pablo Simón Padrós, titular de ACDE, pero también referente de la multinacional cazatalentos Spencer Stuart, que participó en procesos de búsqueda en el mundo corporativo de posibles funcionarios para el gobierno de Mauricio Macri. “De lo conversado con algunos de ellos, estos han sido meses en los cuales lo primero que se hizo fue estudiar lo que se recibe, y la complejidad de lo realizado en estos años les ha impedido ejecutar algunos pasos más rápido, porque en las empresas hay procesos y controles formales, y es todo más sencillo que en el Estado”, explicó Simón Padrós.

La muletilla del aprendizaje de los funCEOnarios es la misma: “La información no está en los lugares adecuados”. En igual sentido opina Miguel Blanco, gerente de Swiss Medical y coordinador del Foro de Convergencia Empresarial, donde muchos ejecutivos “calentaron motores” antes de saltar al sector público. “Por los comentarios, se han encontrado con información faltante, sin infraestructura informática o con empleados desmotivados, claves para la gestión en la empresa y que no estaba en el Estado”, señaló el también asesor ad honorem en el Ministerio de Salud. Pero matiza: “Era previsible”.

Lenguaje. Por otro lado, han sido cinco meses de asimilar el “roce político”. “Ahora tengo que hablar con un discurso en la mano, para cuidar lo que digo”, dice Costantini. A veces, sin embargo, ser cruzados de la racionalidad los deja en offside. “En plata no es tanto el aumento”, había tratado de explicar el tarifazo del transporte el ministro Guillermo Dietrich y debió luego contextualizar. “Si el consumidor considera que el precio del combustible es alto, deja de cargar”, soltó Juan José Aranguren, ex Shell, tras el salto de las naftas, y quedó bajo fuego en los medios. Como si aún no midieran el impacto de dichos que quizás estén avalados por datos, dan respuestas técnicas a problemas políticos, como el propio Macri hizo cuando se reveló que era director en empresas offshore de su padre.

Los que han conversado con el ex LAN Gustavo Lopetegui aseguran que es el más ubicuo –y de hecho con experiencia junto a Felipe Solá–. Alguna vez en una convención en la filial local de la aerolínea chilena le preguntaron si iba a despedir gente en la empresa, y respondió, sin levantar la voz, que probablemente sí, pero “para mantener los puestos de trabajo de todos los demás”, porque su plan no era cerrar la empresa, “salvo que se lo pidieran desde la casa matriz”.

“Hay optimismo por un cambio de management político”

La organización de ejecutivos LIDE, que mide junto a Ibope el clima de negocios en la región, reveló que en la Argentina 7 de cada 10 empresarios ven un clima “óptimo” para los negocios.

—¿Entonces por qué no se pone primera para invertir, como les reclama el presidente Mauricio Macri?—, consultó este diario a su titular, Roberto De Felipe.
—Los empresarios se comprometen a poner primera e invertir (actitud que, por otra parte, ya está en el ADN del empresario... no hace falta que se reclame) pero le piden al Estado que se comprometa a gastar menos y ofrecer servicios públicos de calidad (especialmente en materia de educación, salud y seguridad) e infraestructura adecuada.

—¿Cuánto de este clima “óptimo” tiene que ver con el cambio de gobierno?
—El actual optimismo de los líderes empresarios está asociado directamente a un cambio de management político y de expectativas. Es indiscutible que la anterior administración impulsó políticas decididamente contrarias al desarrollo de un clima de negocios propicio para la inversión.