Desde París
La Argentina reanudó en los últimos días el contacto con el Club de París de manera informal después de varios meses en los que no había existido diálogo entre sus respectivos representantes.
Este “primer diálogo serio” desde principios de 2013 fue confirmado por un alto funcionario que trabaja en el sexto piso del palacio Berci, a orillas del Sena, donde funciona la dirección del Tesoro del ministerio francés de Finanzas, organismo que coordina las actividades de ese club informal que reúne deudores y acreedores a nivel estatal.
En ese encuentro, no se decidió una apertura de las negociaciones en suspenso ni se acordó un cronograma, pero al menos “volvieron a abrirse los canales de negociación” para “seguir conversando”, dijo la fuente.
Después de tantas decepciones, los funcionarios franceses que coordinan el Club –el director del Tesoro Ramón Fernández y su adjunta Delphine d’Amarzit– no se hacen por ahora ninguna ilusión.
A “simple título de hipótesis”, estiman que no habrá ningún avance significativo hasta marzo de 2014, pero calculan que la conjunción de presiones internas y de apremios internacionales colocarán al gobierno argentino en la necesidad de buscar soluciones concretas y rápidas con sus acreedores.
El juez Thomas Griesa, rechazó el viernes en el marco de la causa que la Argentina mantiene con los fondos buitre en Nueva York, dos presentaciones del fondo NML referidas a un pedido de información y sobre la consideración que la Argentina estuviera violando la orden de no modificar los mecanismos de pago de los bonos de los canjes de deuda.
La decisión que la Justicia de Estados Unidos finalmente tome sobre el caso argentino preocupa a gran parte de la comunidad internacional por la dificultad que podrían tener otras naciones en el futuro para reestructurar sus deudas.
Paulo Nogueira Batista, representante de Brasil y otros diez países ante el FMI, señaló en su paso por Buenos Aires que a nivel personal “apoya la posición de la Argentina” y señaló que considera que si bien el organismo no considera conveniente presentarse como amicus curiae en favor del país por tratarse de legislación norteamericana, “en el FMI deberían producirse más informes y debates sobre las consecuencias negativas de priorizar los intereses de los holdouts”.
A tres semanas de que el FMI reciba un informe sobre los avances en la normalización de las estadísticas oficiales, Nogueira espera un nuevo IPC aceptado por la oposición.